2.11.09

Ojalá que te vaya bonito

Un convenio regulador tiene que aquilatar todos los detalles, no debe dejar nada a la improvisación. Por eso había que determinar la custodia de Aida. Entre personas maduras este asunto tenía un modo claro de resolverse. Descartada la custodia compartida (pues tras el divorcio iban a residir en ciudades distintas), la solución natural consistía en llevar a Aida al jardín, ponerse cada uno en un lugar equidistante y dejarla decidir con quién se iría. No valían trucos para atraerla: ni llamarla, ni mostrarle un obsequio... Que sus sentimientos actuaran con libertad.

Llegado el momento, Aida miró a izquierda y derecha. Sin moverse un centímetro decidió dormir una siesta. Ambos esperaron sin cruzar palabra durante hora y media, lamentando no haber cogido nada para leer.

Aida se incorporó. Bostezó, estiró regiamente sus músculos y empezó a caminar. Sin tomar impulso salvó los dos metros que había entre el suelo y la ventana de don Damián, el viejecito que nunca sale de casa. No era la primera vez que Aida saltaba hasta allí. Desde el alféizar volvió a mirar tristemente a ambos lados, hasta que el anciano la cogió y la abrazó contra sí. El ronroneo era suave pero audible.

7 comentarios:

Noite de luNa dijo...

Si me hubieran hecho elegir, de todas, todas hubiese elegido a mi abuelo. A mis abuelos.
Murió cuando yo tenía nueve años y aunque mis padres fueron unos padres estupendos, nunca superaron el amor que le tenía a él.

Blanca dijo...

perdona pero jajajajajaja
(¿se trataba de un gato, no?)
perdón por la risa, cada uno reacciona diferente, pues.

Noite de luNa dijo...

ja,ja..ya había "notado" que era una linda gatita, Blanca.
Me fui directamente a la eleccióny olvide el maullido.

Besos

saiz dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Sí, era un gato (o gata).

Ya se sabe que los gatos pueden tener propietario, pero en cambio no pueden tener dueño.

saiz dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Sí, era un gato (o gata).

Ya se sabe que los gatos pueden tener propietario, pero en cambio no pueden tener dueño.

Blanca dijo...

Por eso no me gustan los gatos, no son "míos", mi perro si.

saiz dijo...

Yo también tenía una opinión digamos que mediocre de los gatos. Pero desde hace unos años tengo una gata y me ha hecho cambiar de idea. Por supuesto, los gatos no desarrollan la compenetración del perro hacia su amo, en parte porque los felinos no son animales sociales, pero sí tienen reservado un rincón para el cariño.