25.1.12

Metamorfosis

A los 14 años le gustan las rimas de Bécquer, oye en el tocadiscos canciones melódicas y cree en la religión que le han inculcado.

A los 18 años aquellas rimas le parecen cursis. Lee a Sartre, a Nietzsche, a Camus. Oye a Pink Floïd y a los Rolling Stones. Abjura de la música melódica. La fe religiosa le deja y se declara agnóstico.

A los 20 años decide que nunca se casará ni tendrá hijos porque no tiene sentido traer más gente a este mundo de mierda.

A los 26 años se casa y trae un hijo a este mundo de mierda. Para apaciguar su conciencia se afilia al Partido Comunista por ser el único que puede transformar la sociedad y procurar una vida justa y pacífica.

A los 35 años se da de baja en el Partido tras llegar a la conclusión de que el colectivismo anula el estímulo personal y lleva a los pueblos a la ruina económica.

A los 37 años se da cuenta de que no sabe quién es, ni en qué cree, ni qué quiere.

A los 40 años se divorcia de su mujer y vuelve a pensar que nunca debió casarse.

A los 43 años se casa otra vez. Con su nueva pareja decide no engendrar hijos y adoptar una niña. Viaja a la India, con su esposa, para recogerla, y al abrazar a su hija adoptiva se siente reencontrado.

Acaba de cumplir 46.

A efectos del Registro Civil ha sido siempre (un nombre y dos apellidos, un único carné de identidad) una sola persona: siempre la misma, desde donde dice “nacimiento” hasta donde dirá “defunción”. A todos los demás efectos ha sido muchas (¿siete, diez…?, ¿cuántas?) personas distintas.

11.1.12

De otra manera

Hay muchos universos y en cada uno ocurren las cosas de modo distinto. Digamos que pasan de todas las formas posibles.

En este universo, por ejemplo, Europa fue descubierta por los americanos. Llegaron a bordo de enormes canoas. En unas cuantas décadas conquistaron todo el continente. Gran parte de los europeos fueron reducidos a la esclavitud y obligados a trabajar en las plantaciones que establecieron los americanos. Los europeos del norte fueron brutalmente aniquilados (sólo quedan algunos descendientes en las llamadas “reservas”). La mayoría de las lenguas europeas, como el español o el inglés, desaparecieron. Sus idiomas oficiales son ahora el quechua y el aimara.

La población negra, tecnológicamente más desarrollada que la de raza blanca, se lanzó a la llamada “trata de esclavos”. Capturaron a miles de hombres blancos y, atados con cadenas, los llevaron en barco a África. Allí los vendieron como esclavos al servicio de los negros. Tanto ellos como sus hijos eran legalmente “cosas”: objetos que se usan, se rompen o se tiran.

Un grupo étnico (los alemanes, vulgarmente llamados “arios”) por circunstancias históricas hubo de emigrar y dispersarse por la Tierra. En uno de los Estados más cultos del mundo los “arios” fueron perseguidos, recluidos en guetos y campos de concentración, y sujetos a trabajos forzados. Seis millones de ellos fueron exterminados en cámaras de gas, en lo que se conoce como el “holocausto ario”.

La riqueza planetaria está pésimamente repartida. Mientras el continente africano vive en el derroche, el llamado “tercer mundo” (Europa y Estados Unidos) sufre el azote continuo de las epidemias, el analfabetismo y las hambrunas.

Hay un sinfín de universos, paralelos pero distintos. En cada uno de ellos las cosas suceden de diferente modo. Digamos que pasan de todas las formas posibles.