22.12.08

Por algo será

En el blog yahairavalverde.blogspot.com leo, entre otras frases de Facundo Cabral, la siguiente:

Bienaventurado sea el Mahatma Gandhi, que fue el que dijo que hace casi dos mil años que estamos festejando el amor: o sea, el nacimiento de Jesús, y no el de Herodes.”

Ante lo cual, caigo en la cuenta de que, aunque la humanidad no siempre sea buena ni amable ni pacífica, lo cierto es que lleva 2008 años celebrando el bien, y no el mal; la paz, y no la guerra; el amor, y no el odio.

Por algo será.



FELIZ NAVIDAD A TODOS


(NOTA: Este blog no tendrá actualizaciones hasta enero de 2009.)

17.12.08

Ojalá

En una trinchera de la isla de Iwo Jima, mientras ve desembarcar al ejército americano, un soldado japonés piensa:

“Ojalá fuese yo una de esas olas. Ojalá fuese arena de la playa. Ojalá fuese roca. Ojalá fuese nube… Aunque pronto, muy pronto voy a ser algo como eso”.

16.12.08

Títeres

Nacieron en un mundo desigual.

Unos nacieron en una familia rica y, cuando crecieron, aspiraron a conservar sus propiedades. Fueron conservadores.

Otros nacieron en una familia pobre y, cuando crecieron, aspiraron a salir de su miseria. Fueron revolucionarios.

Ninguno nació conservador ni revolucionario. Fue el mundo quien los volvió así.

Si los conservadores hubieran nacido en una familia pobre, habrían sido revolucionarios. Si los revolucionarios hubieran nacido en una familia rica, habrían sido conservadores.

Los explotados habrían sido explotadores. Los explotadores habrían sido explotados.

Unos y otros se enfrentaron con saña. Mataron y murieron. (En Rusia 1917, en España 1936…; ¡tantas veces y en tantos sitios!)

Pero ninguno era bueno ni malo. Sólo eran títeres de la materia.

15.12.08

Disfraz

¿Dónde vas con disfraz de hombre civilizado? Quítate el uniforme y ponte una piel de cabra. Suelta el lanzamisiles y empuña un hacha de piedra.

Ya que haces lo que nunca has dejado de hacer, al menos no te engañes. Muéstrate como eres: perpetuo y persistente hombre de las cavernas.

Pura incoherencia

Dicen que el color es luz reflejada, pero aun así disfrutan viendo atardecer. Afirman que el sexo es una trampa, pero luego hacen el amor con su pareja. Sostienen que el tiempo no existe, pero llevan reloj en la muñeca y corren para no perder el autobús. ¿Alguien sabe de qué va esta gente?

28.11.08

Uve

Ve un perro atropellado.
Detiene el coche.
Baja.
Se acerca a la cuneta.
Comprueba que aún respira.
Lo carga con cuidado.
Tapicería en la sangre.
Luego un veterinario en la ciudad más próxima.

El corazón hace la uve con los dedos.
La razón pone cara de derrota, pero por dentro aplaude también el resultado.

26.11.08

Una foto perfecta

Ésta es una historia vulgar, real.

El fotógrafo quiere hacer una foto perfecta. Una pequeña obra de arte.

Se trata de fotografiar, por encargo, a un niño de siete años. A un niño inquieto y torpón.

El fotógrafo pide al niño que mantenga erguida la cabeza, que abra menos la boca, que no tuerza los ojos…

Pero el niño no entiende, o no sabe hacer, lo que le piden.

El fotógrafo entonces se impacienta, refunfuña, se altera, grita al niño.

Al final la foto es un éxito de encuadre, luz y sombra. Una foto logradísima de… un niño llorando.

(¿Y no era eso –la luz, la sombra, el encuadre- lo que en verdad le preocupaba? Entonces, señor fotógrafo, no hay razón para no estar orgulloso.)

Ésta es una historia vulgar, real. Es la historia de mi foto de primera comunión.

Siempre que la veo (enmarcada, en casa de mis padres) me entran ganas de romperla y poner otra: la foto, puede que movida y desenfocada, de un niño riéndose.

25.11.08

Y para qué

Érase una vez un planeta inhóspito. Con dunas (¿y para qué esas dunas?), con rocas (¿y para qué esas rocas?), con cráteres (¿y para qué esos cráteres?), con gases irrespirables (¿y para qué esos gases?).

Érase una vez, éranse muchas veces unos planetas inertes e invivibles. Y érase una pregunta: ¿para qué, con qué objetivo, esos planetas?

13.11.08

Triunfador

Si un león nace sano y dotado, y es un depredador y caza antílopes, y es el más fuerte de la manada ganándose así el derecho a aparearse y transmitir sus genes, entonces cuando finalmente envejece y muere puede decirse (mientras los buitres picotean su cadáver) que ese león ha triunfado en la vida.

5.11.08

Por si fuera poco

Dijo el creador real o inventado (ese creador que es bueno y justo y misericordioso):

-No sólo te hago enfermo y deforme sino que, además, si al ver a los sanos y esbeltos sientes rabia por no ser como ellos, incurrirás en el vicio capital de la envidia. Y ya sabes lo que tengo reservado a los pecadores…

Ante lo cual, la criatura contestó al creador (a ese creador, real o ficticio, que es bueno y justo y misericordioso):

-De verdad, de verdad que no entiendo nada.

31.10.08

Desde la nave

Con el telescopio los enfoqué y cada uno iba con su fractura a cuestas, con su cicatriz a cuestas, con su pérdida a cuestas. Desde la nave los vi moverse y cada uno andaba consigo mismo a cuestas.

30.10.08

Despedida

Antes de morir llamó a sí mismo por su nombre, se contestó y (con plena convicción de que hablaba con otro) le dijo: -Adiós para siempre, compañero. Fue un placer y un dolor compartir este viaje.

13.10.08

Ya había perdido

Antes de hacer nada mal, ya había perdido. Así que cogió el tablero, las fichas, el dado, el juego, la partida... y también a sí mismo.

Lo tiró todo al suelo.

Y mientras se rompía y se hacía pedazos, sintió que estaba haciendo un acto de justicia.

30.9.08

Sencillez

Hicieron una estatua a la Sencillez.

Pero ella se bajó, y quedó sólo el pedestal.

La gente, extrañada, se acercaba al pedestal vacío y leía "En homenaje a la Sencillez".

29.9.08

En lápidas contiguas

En lápidas contiguas del mismo cementerio se leen invocaciones a credos diferentes.

¿Qué deidad comparecerá (en su caso), anunciada por trompetas, el día del juicio?

¿Quién se llevará el gato al agua?

¿Qué fieles jalearán su apuesta ganadora y exclamarán, ufanos, "lo veis, si os lo decía"?

Obsequio

Mi gato me ha traído un ratón destripado. Lo cazó y, en lugar de comérselo, me lo ha regalado. Ante lo cual, le he dicho "Gracias, sinceramente nunca me regalaron algo tan valioso".

26.9.08

A salvo

Todo el horror ahí enfrente (batalla de Stalingrado), y yo sin embargo a salvo, a sólo diez metros, extrañamente parapetado entre butacas de cine.

24.9.08

Diligencia

"Contra pereza, diligencia", dice la madre. Y el niño, adormilado, espera que llegue el coche de caballos: la diligencia que vendrá a sacarle de la cama.

23.9.08

Con las manos vacías

Bajó del Sinaí con las manos vacías, explicando: -Me ha dicho que las tablas (ya me entendéis: las leyes) las hagamos nosotros, que somos ya bastante mayorcitos.

22.9.08

Compromiso

Ya sabes que siempre me gustaron los formalismos. Así que, por favor, comprométete solemnemente; promete y firma sobre este papel que ni por un segundo permanecerás conmigo sin desearlo.

20.9.08

Blasfemias

Dijo que todo ocurre independientemente de la voluntad divina. Blasfemó.

Dijo que todo ocurre en estricto cumplimiento de la voluntad divina. Blasfemó más aún.

19.9.08

Último

Último parte de guerra (que nadie firmó):

“Fémures. Tibias. Vértebras. Cráneos apiñados. Huesos comunes. Mezclados esqueletos donde yace el hombre. Osamentas en el foso final de la Tierra”.

18.9.08

Dormitando

Y a esa clase de sueño más periférico que el sueño profundo, que el sueño ligero, que el sueño superficial y que la duermevela, es a lo que ellos llamaban estar despiertos.

16.9.08

Renacer

El fósil empezó a moverse, desprendió polvo, arena, arcilla, se rompió, se abrió por dentro y de allí salió un caracol vivo.

14.9.08

Sinopsis

Unos nacían con riqueza y poder.

Otros nacían sin nada.

Los que nacían con riqueza y poder pretendían mantenerlos.

Los que nacían sin nada pretendían tener algo.

Y por eso luchaban, guerreaban unos contra otros hasta la extenuación.

Pero la culpa no era de ellos.

La culpa era de que unos nacieron con riqueza y poder, y otros nacieron sin nada.

2.9.08

Qué libro

¿Qué libro leía el enfermo desahuciado, el paciente terminal de la planta 14? ¿Qué libro devoraba desaforadamente, con desesperación y pánico, temiendo que la muerte viniera a interrumpirle, con miedo a que morir le impidiera acabarlo? Sí: ese libro que terminó de leer diez minutos antes de expirar, ¿qué libro era?

1.9.08

Pico de oro

Era un gran orador, un prodigio de la retórica. Debido a su hablar ampuloso, los que le oían nunca abrían la boca, salvo para bostezar.

Cortometraje

Cuando se resbaló por el acantilado, vio pasar su vida como en una proyección. En total, seis largos segundos de aburrimiento. Finalmente no chocó contra ninguna roca. Cayó sobre una zona diáfana, sin riscos. Y al salir del agua, se propuso firmemente: "-A partir de ahora mi peli va a ser divertida".

Publicidad

Olvídese de los desfasados implantes de cara, brazos, piernas, caderas... Visite nuestra exposición de cuerpos, elija el que más le guste del muestrario y nosotros le transferiremos su yo. (También, si lo prefiere, podemos confeccionar a su gusto un cuerpo al que injertarle.) No se haga implantar miembros: implante su yo en el cuerpo que anhela.

30.7.08

Ejecución

Será llevado a la silla eléctrica. Estarán presentes las autoridades, algunos familiares de la víctima y los padres del condenado. Se mirarán, estarán a punto de saludarse.

Dos técnicos ajustarán las sujeciones al reo.

Las correas chirriarán (en su idioma): "Nadie va a ganar esta noche. De aquí nadie va a salir victorioso".

Oficina de denuncias

-Vengo a denunciar a aquél que, para cantar la guerra (con tal de versificarla), se inventó aquella milonga del flirt entre Elena y Paris. Vengo a denunciar a él y a toda su escuela.

Pobre gente

Humanos.

Carecían de suprasentidos. No tenían ultracto, ni infrista, ni beyondez. Percibían sólo una zona de lo real. Su conocimiento era sesgado y engañoso. No captaban lo infinito, ni las causas de las causas, ni el porqué de lo adverso. Vivían en la penumbra. Apenas entendían nada.

Tan limitados eran... Pobre gente.

Y entonces los vimos

Avanzamos de continuo en nuestra nave, rectilíneos a través de las galaxias, hasta llegar a la cósmica frontera: los bordes o confines del infinito.

Y entonces los vimos. Allí afuera había dos cachorros de desconocida especie, más grandes aún que el propio cosmos, que traviesamente (como si fueran dos niños con su mecano de piezas imantadas) jugaban a ensamblar un universo.

Re-con-figúra-te

¿Quién, cómo eres ése que se ha despertado?

28.7.08

Artículo único

Con efectos de hoy y a nivel planetario, se prohíben:

-las banderas,

-los escudos,

-los himnos,

por razones probadas y empíricos motivos de higiene psicofísica.

2.222

He leído en un libro (de la época en que aún se imprimían en papel) que hubo guerras dinásticas, guerras de sucesión, varias guerras carlistas, guerra en el 36, terrorismo de eta… Debe de ser ficción: la gente de esos siglos no podía estar tan loca.

22.7.08

Expropiación

Cada verano llegaban carruseles, tiovivos, noria... Pero aquel año vino a la plaza del pueblo un arrancamiento disfrazado de aplomo, de es que soy ya mayor para subir en eso.

17.7.08

Recuerda

Recuerda cosas que nunca ocurrieron.

Recuerda, por ejemplo, que alguien le dijo: "Hagas lo que hagas, te apoyaré siempre".

Recuerda que nadie le comparaba con otros.

Recuerda que, para conseguir lo que quería, no necesitaba disputar, competir.

Nada de eso ocurrió. Nada de lo anterior pasó nunca.

Pero a él le gusta recordarlo.

14.7.08

4 caminos

Era la primera vez que venía a Madrid. Al salir de la entrevista de trabajo me encontré en una plaza. En el rótulo leí “Glorieta de Cuatro Caminos”. Según pude comprobar, los caminos que de ella salían eran, en efecto, cuatro: la calle Bravo Murillo, la calle Fernández Villaverde, la calle Santa Engracia y la avenida Reina Victoria. No sé por qué, tuve la sensación de que, según la calle que en ese momento tomara, me aguardaría una vida diferente. Cuatro caminos, cuatro alternativas, cuatro vidas posibles.

Pasaron las horas, anocheció y ahí seguía yo: inmóvil, como plantada en mitad de la encrucijada de Cuatro Caminos.

Empezó a llover. Un desconocido que pasó a mi lado, al ver mi expresión angustiosa se interesó por mí:

-¿Te pasa algo? ¿Puedo ayudarte?

Protegidos por su paraguas y sin movernos de la plaza, le expliqué lo que me ocurría. Entonces me sugirió pasear juntos por las cuatro calles, deambular por ellas sin ningún orden.

Aquel hombre ya no es un desconocido. De hecho, llevamos diez años viviendo juntos.

13.7.08

Rebelión

De pronto, los papeles se rebelaron. Y cuando alguien iba a escribir "raza superior", "guerra preventiva", "daño colateral", cosas así..., los folios se plantaban: "-Eso yo no lo admito. ¿Entiendes? No lo soporto. Tatúatelo, si quieres, en tu barriga."

Para juzgarme

-Para juzgarme, señores del jurado, pónganse en mi lugar. Pero también, pónganse en el lastre que llevo. Pónganse en mi endeblez. Pónganse en mi turbación... No se pongan sólo en mi lugar.

12.7.08

Procesión

-¿Qué pintas ahí, vestido de ku klux klan, con una cruz de palo, plagiándome? No, hombre: si eso lo hice yo cuando los romanos (aunque te aseguro que no iba vestido así). Vale que te inspires, pero ponle imaginación. ¿No crees que a ti te toca hacer... otras cosas?

2.7.08

Por dentro

Aunque tenía miedo, mostró seguridad, para que así ellos se sintieran seguros.

Aunque estaba angustiada, exhibió alegría, para que así ellos estuvieran alegres.

Y cuando hubo al fin acostado a sus hijos, abrió el sobre, sacó el análisis y, devorándolo a solas, se permitió llorar.

23.6.08

Batalla

La trinchera.
El casco.
La oscuridad.
El fusil.
La tierra húmeda.
El barro.
Los charcos que se forman.
El culo mojado.
El frío.
La somnolencia.
La duermevela.
El amanecer.
La hora acercándose.
Los ojos de los otros.
La indiferencia fingida.
El fingido valor.
El estallido.
La lluvia de arena.
El silbato.
Los latidos.
La primera oleada (en la siguiente voy yo).
La ráfaga.
Los otros en el suelo.
Los latidos que aumentan.
El silbato de nuevo.
La carrera.
Los cadáveres debajo de mis pies.
La ráfaga que sigue.
Los otros cayendo.
Las balas en mí.
El vacío.

21.6.08

Boletín de notas

Ente rector del cosmos: Te pongo un nueve en Física, en Química, en Matemáticas. También un nueve en Lengua por tu mono gramático. Pero en Ética no: en Ética te pongo un muy deficiente.

16.6.08

No os precipitéis

Dijo el héroe:

“No admiréis la honradez de mi vida. Todavía no he muerto. Aún puedo envilecerme. Aún puedo estafar, malversar, agredir…

No elogiéis mi generosidad. Todavía no he muerto. Aún puedo volverme huraño, convertirme en un pequeño egoísta.

No alabéis mi fidelidad y mi coherencia. Todavía no he muerto. Aún puedo abjurar de mis principios o, peor aún, mantenerlos de palabra y traicionarlos de obra.

Mientras viva, no me alabéis, no me elogiéis, no me admiréis. No imprimáis sellos ni acuñéis monedas con mi efigie, no pongáis mi nombre a alguna calle, no me invoquéis como modelo o referencia. No os precipitéis.”

Todo eso dijo el héroe. Y concluyó:

“¿No os dais cuenta de que aún puedo estropearlo todo?”

13.6.08

Ellos

Un colchón sostiene mi masa, pero el despertador suena y las baldosas toman el relevo.

El agua de la ducha me moja, se desliza por el pecho y la espalda.

Un café baja por mi esófago. Una tostada se deja masticar y deglutir.

La acera aguanta mis pisadas. Luego, en la oficina, un sillón soporta este cuerpo sedente.

Las teclas del ordenador suben y bajan al compás de unos dedos. El monitor acoge mi mirada.

Otra vez en casa, un perro recibe mis caricias. Pide salir a la calle. Camina delante de mí y una correa une su cuello con mi mano.

Me hablan otras personas: mi pareja dice mi nombre, mis hijos me llaman papá. Una boca en mi cara les contesta, viajan a mis oídos sus voces y la mía (pero mi hablar resuena como otra voz cualquiera).

El televisor me cuenta noticias e historias.

Otra vez alimentos dejándose tragar, bajando por los tubos digestivos.

Un cepillo roza mis dientes. Me lo muestra el espejo. En él también una cara, unos hombros que (se supone) son míos.

El colchón vuelve a sostenerme hasta que el despertador zumbe y llegue, de nuevo, el turno de las baldosas.

23.5.08

Con las mismas manos

Luego llegó a casa, se quitó la capucha, y con las mismas manos con que apretó el gatillo, con las mismas manos con que disparó el arma, preparó el biberón a su hijo.

21.5.08

Sin

Se levantó sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Fue a trabajar sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Regresó a casa sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Cenó sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Se fue a dormir sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Y cuando se metió en la cama se preguntó cómo podía vivir así, y cuánto tiempo más resistiría sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

3.5.08

Espeluy

Tarde plana en el tren. Vagón de no fumadores. Se incorporan viajeros. Se animan a hablar. Uno dice que viaja para poner orden en un asunto de familia, ajustar cuentas con alguien y dar un escarmiento.

Al acercarse a su destino afloran nervios. Saca un cigarro, lo enciende.

Miradas de soslayo, murmullos. Uno le recuerda que no puede fumar. Los demás se unen, forman un grupo, le exigen que apague el cigarro.

Tensión.

El hombre se levanta, planta cara al grupo, les reta a decidir quién va a quitarle el cigarro.

Viaja también una madre con su bebé. Esta mujer dirige al fumador una mirada tierna, como la que mostrará a su hijo cuando un día le sorprenda en una travesura. El niño también mira al fumador, y sonríe.

El hombre apaga el cigarro, se sienta. Vuelve la calma.

Tras el viaje dos personas estrechan sus manos, comparten perdón.

La zona oscura

La intimidad de los muertos. Secretos guardados en sus armarios, papeles, estantes. Lo que ni siquiera revelaron a sus íntimos.

El cajón de la mesa donde trabajaba Javier.

De un sobre extraes la foto amarillenta de una muchacha, probablemente su primer amor; una placa con el nombre de “Rayo”, el perro de su infancia; y un plano.

Un croquis del barrio en que viviste con tus padres: tu casa, las calles próximas, la plaza donde aparcabas el coche.

Anotaciones junto al plano: Suele llegar a la plaza a las nueve. Cuando ella cruce de acera y antes de que suba a su coche, girar marcha atrás hacia la derecha. Conviene que la chica vea el golpe. Asegurarme de que golpeo el faro. A continuación bajar y decirle: " - ¿Es tuyo el coche? Vaya, lo siento, he roto el faro. Perdona, ahora tengo mucha prisa. Pero esta tarde te llamo y arreglamos lo del seguro". No olvidar pedirle el teléfono. Después llamarla, quedar en una cafetería.”

“La chica” eres tú.

Veinte años sin contártelo, haciéndote creer que vuestro primer encuentro fue casual. Disfrutabas diciendo “nos conocimos por casualidad: gracias a que Javier rompió el faro de mi coche”. Y sin embargo no fue un accidente. Él lo había planeado con detalle: dónde girar, dar marcha atrás, un golpe en el faro… “Perdona, lo siento, qué despiste. Mira, ahora tengo mucha prisa, pero dame tu teléfono y te llamo esta tarde. Tomamos un café y rellenamos el parte del seguro”. Luego más llamadas, citas… Y después, una vida entera juntos.

Trozos de él que no quiso compartir contigo, tal vez con nadie.

Tu voluntad se divide: entre el deseo de saber más y la sensación de allanar un espacio sagrado. Finalmente encuentras un cuaderno de hojas manuscritas, algo parecido a un diario. Si Javier viviera no lo leerías, pero ahora es distinto. ¿Es distinto?

Empiezas a leer su diario pero, en la segunda página, tus pies te llevan a la cocina, enciendes una cerilla y mientras el cuaderno arde te preguntas, como cuando eras niña, de qué color es el fuego.

2.5.08

Menos mal

Se ve que no le basta con ser pobre y tener que ir por las calles de Jaén recogiendo cartones. Se ve que, además, debe ser humillado.

Mientras saco a pasear a la perra, a veces viene la inspiración. El primer verso te lo dan los dioses, pero no hay que dejarlo escapar. Por eso me siento en un banco y escribo. Esta vez estoy demasiado tiempo y, cuando me levanto, Titina no aparece. La busco por el parque, la plaza, los jardines… Finalmente al torcer una esquina la veo. Está con otros perros y, a su lado, hay un hombre con boina y con un carro cargado de cartones. Pregunta:

-¿Es suyo el perro?

-Sí.

-Tos los perros se me pegan. Pero yo na más recojo los que no tienen amo. Y éste no parecía callejero. Un cuarto de hora llevo, aquí parao, esperando al dueño del animalico.

(Lo escribo en jienense porque lo recuerdo así.)

-Muchas gracias –le digo; y me llevo a Titina.

Justo cuando me despido pasa un coche. Desde dentro un ocupante baja la ventanilla y, sabiéndose impune, grita:

-¡Piturda! ¡Borrega!(Es tradición insultarle.)

El insultado acaricia a sus perros (“menos mal que los tengo a ellos”, pienso que piensa) y con ellos echa a andar calle abajo.

21.4.08

Sin despedirme

Soñé que estaba en un bar. Aparte del camarero y de mí, sólo había un hombre mayor. No nos conocíamos de nada, pero me habló:

-Permita que le invite. Hoy es mi primer día de jubilación.

Entonces empezó a contarme su historia.

-Mi vida ha sido dura. De pequeño no fui a la escuela. Tenía que ayudar a mi padre en el trabajo. Iba con él a los ríos y arroyos, en un carro tirado por mulos, a coger la arena de los bordes. Después de cargarla y limpiarla de guijarros, recorríamos las obras vendiendo la arena como material de construcción.

También me relató que más tarde trabajó de mecánico.

-Un día, sin venir a cuento, el dueño del taller me despidió. Esa noche, con la preocupación, me dio un infarto y estuve a punto de morir. Pero me repuse. Unos meses después abrí mi propio taller y acabé obligando a quien me había echado a trasladar su negocio.

La suya no era una historia particularmente interesante, pero me gustaba oírla. (En general, me gusta que la gente me cuente sus vivencias.) Me sentía bien en aquel sitio y con aquella compañía.

Sin embargo -indiferente a mis gustos- el despertador sonó.

Con su riiiiiiiing se borró todo: el bar, el camarero, el hombre que me contaba su vida…

Dentro de mi sueño yo sabía que probablemente no vería más a aquel hombre. Pero me dolió irme de allí de esa manera, sin despedirme de él y ni siquiera agradecer su invitación.

18.4.08

Advertencia

En la portada el autor hizo imprimir: "Los lectores de este libro están autorizados a arrancar, sin contemplaciones ni miramientos ni misericordia, las hoja(rasca)s que seguramente le sobran".

11.4.08

Creadora

Cuando le operaron de apendicitis, el hombre de letras tuvo que compartir habitación de hospital con otro enfermo. Era un anciano desahuciado, del que no se separaba nunca su mujer.

Al entrar el anciano en fase terminal, los enfermeros desplegaron una cortina para preservar mínimamente la intimidad del moribundo y evitar al otro paciente la visión de su agonía.

Entonces, desde su cama, el hombre de letras oyó a la mujer del anciano decir:

-Me agarro de tus manos para ir donde tú vayas.

-No te pierdo. No te pierdo. No se pierde nunca a quien se quiere.

Y el hombre de letras se apresuró a anotar esas palabras: frases poéticas cazadas al vuelo, sublimes poemas de aquella mujer que, poco antes, le había referido ser analfabeta.

3.4.08

Trofeo

Vencedor en la carrera evolutiva. Genio de la estrategia, que elegiste el mejor camino. Mientras otros se afanaban en generar garras, venenos, alas, colmillos..., tú elegiste extender tu cerebro. ¿Qué necesidad tenías de garras, conchas, colmillos pronunciados..., si con la inteligencia y la astucia podías suplir todo eso? Lo entendiste bien y optaste por la vía más exitosa. Ahora dominas el mundo. Así que aquí tienes, rey de la tierra, tu trofeo. Para ti es, en justo reconocimiento a tu triunfo, esta corona de dolor.

1.4.08

Tareas

Y luego cada uno se marchó a su tarea: -Yo voy a nievear -dijo el Blanco- ¿Qué vais a hacer vosotros?

-Sangrear, dijo el Rojo.

-Limonar, dijo el Amarillo.

-Arbolar, dijo el Verde.

-Nubear, dijo el Gris.

El último en hablar fue el Naranja: -Pues yo voy a zanahoriar.

Y todos se echaron a reír: -¡ Zanahoriar: hala, qué palabra más rara !

31.3.08

Cuaternaria

Durante la era cuaternaria, algunos monos devinieron humanos. Éstos, no obstante, siguieron dominándose entre sí y guerreando unos contra otros. A lo largo de su evolución fueron cambiando los detalles; esto es, las modalidades de dominio y explotación, así como las formas de guerrear. Sofisticaron esas prácticas pero nunca llegaron a abandonarlas, por lo que, en lo esencial, nada avanzaron.

En teoría, podrían haber superado aquellas costumbres autodestructivas pero, por alguna razón, no fueron capaces de hacerlo.

Esto último lleva a algunos autores a sostener que la inteligencia de los humanos se ha sobrevalorado: probablemente eran más torpes de lo que algunas de sus creaciones aparentan.

30.3.08

Historias

Distinguían entre la Historia Natural (las transformaciones del planeta y la evolución de la vida) y la Historia a secas (el estudio de las civilizaciones humanas y de su acontecer social y político).

Ambas cronologías eran consideradas distintas: el pasado de la naturaleza se abordaba en tratados científicos, mientras que el devenir humano se recogía en libros de Historia.

Sólo cuando las armas nucleares (creación humana) acabaron con gran parte de las formas de vida en el planeta (acontecimiento trascendente para la Historia Natural), se dieron cuenta de que una y otra sucesión de hechos son, en realidad, la misma Historia.

26.3.08

Zoo

Son de una especie muy extraña. De un palo con agujeros hacen que brote la música. Mezclando varios pigmentos pintan ciervos en las cuevas. De un dolor que les traspasa hacen un canto, un romance…

Y cuanto peor lo pasan, más creativos se vuelven. (De ahí que a veces les apliquemos una dosis de dolor.)

Ellos se dicen “humanos”.

Aunque un tanto atolondrados y obtusos de inteligencia, son unos seres curiosos. Los visitantes, de hecho, los encuentran divertidos. Por eso los exhibimos en nuestro parque temático.

25.3.08

Entre sueños

Se veían sólo los fines de semana, porque ella pasaba los días laborables en otra ciudad a causa de sus estudios. Los sábados solían ir al cine y a cenar. Si después deseaban estar solos, tenían que ir al garaje donde el padre de él guardaba el coche. Aquella noche hacía frío, así que se metieron en el coche y pusieron el motor en marcha para poder conectar la calefacción.

Los encontraron al día siguiente, muertos, dentro del coche. Los dos estaban tendidos sobre los asientos reclinados, cogidos de la mano y semidesnudos.

Sin duda se quedaron dormidos y la combustión del motor consumió todo el oxígeno.

La muerte, suavemente, les visitó entre sueños.

Quienes vieron los cuerpos enlazados y la expresión de sus rostros exclamaron “qué pena”, pero por dentro pensaban “qué envidia: es justo la clase de muerte que querría para mí”.

18.3.08

A desinfectar

“A desinfectar”, dicen los vigilantes, pero los recluidos intuyen dónde van a conducirles: a ese lugar donde otros fueron llevados antes y ya no regresaron. Se rumorea que hay duchas de las que no cae agua, sino un gas venenoso que acaba con la gente. “A desinfectar”, repiten los vigilantes, y el corazón da un vuelco: el final ha llegado, despídete de todo. Un vuelco de pavor pero también un pálpito: un halo de esperanza, de esto ya se termina. El hambre, la fatiga, las hacinadas celdas, el sudor, las torturas…, todo eso ya se acaba.

7.3.08

Una especie de vergüenza

Tuvo ganas de sentarse junto a su lecho de muerte y decirle “te quiero, te quiero, te quiero”.

Sin embargo no lo hizo. No se lo dijo por cortedad, por una especie de vergüenza. (¿Vergüenza de qué? ¿De que el propio moribundo, tan seco y reacio a expresar sus emociones, pensara “qué cursi”?)

Y ahora se atormenta a cada rato: -Se fue y no se lo dije. Se fue y no se lo dije… Qué ridículo sentido del ridículo.

6.3.08

Turista

Cada mes cambiaba de trabajo.

En febrero, por ejemplo, trabajó de albañil. Así entraron en su mundo mampuesto, estuco, artesa, encofrado, argamasa, mortero…

En marzo trabajó de carpintero. Así entraron en su mundo escoplo, bisel, barrena, escofina, formón…

En abril trabajó de mecánico. Así entraron en su mundo alternador, pistón, cigüeñal, émbolo, manguito, biela…

Y así sucesivamente. Cada mes, un trabajo distinto.

No era persona inconstante ni volátil. Lo hacía sólo por visitar otros mundos; por conocer palabras que, si no, nunca habría utilizado.

Lo hacía por turismo existencial, es decir, terminológico.

5.3.08

Sin gracia

Me dan envidia sus ocurrencias, su improvisación. Me gustaría no envidiarle pero ¿acaso la envidia es voluntaria?

Yo soy disciplinado y previsible. Me centro en escribir un guión, lo memorizo y no me aparto de él. Diariamente lo repito, sin fisuras ni altibajos.

Pero él no. Él tiene genio, él tiene duende, él es pura inventiva. Él no necesita guiones.

Una vez oí una copla que decía:

La sal, la chispa y la gracia
ni se compran ni se heredan.
Se las da Dios a quien quiere
y a mí me dejó sin ellas.

Pues al que inventó esa copla le pasaba lo que a mí: que no tengo gracia, que soy “desaborío”.

A veces, en mitad del espectáculo, le veo reírse en mi cara. Es justo cuando se sale del guión, cuando cambia los diálogos y derrocha originalidad. Ahí, sobre la marcha, inventa los mejores chistes, los más reídos por la gente. Entonces me mira con ojos socarrones, con gesto que declara “tú no eres capaz”.

Y al acabar cada actuación, su desdén se agiganta. Ambos sabemos que es a él, sólo a él, a quien aplaude el público. Como también sabemos que, si un día se bloqueara su ingenio, los silencios (o los abucheos) serían para mí.

Supongo que debería racionalizar mis emociones. A fin de cuentas, no es normal que un ventrílocuo sienta celos del muñeco que mueve, del títere de plástico al que presta su voz. Supongo que no es lógico pero ¿acaso la envida es lógica?, ¿acaso es voluntaria?

4.3.08

Algiómetro

Este aparato mide el dolor. Se conecta al cerebro con unos electrodos y registra el dolor que se siente. Si, por ejemplo, a una persona se le clava una aguja en un dedo, la máquina marca 5 dolorías.

Un puñetazo puede oscilar entre 10 y 20 dolorías. Una patada, entre 15 y 25. Una migraña, 100. Los dolores dentales (sin anestesia ni analgésicos), unas 400 dolorías. Una crucifixión, 1.700. (Todas estas mediciones son aproximadas, pues pueden variar las circunstancias.)

La muerte de una madre, entre 500 y 600 dolorías. La muerte de un hijo, 1.100 dolorías. Si son muertes provocadas por la acción de otras personas, las cifras pueden triplicarse.

Nuestros detractores aducen que esto no sirve para nada. Nosotros, sin embargo, creemos que sí es útil. Sirve para que el dolor ajeno se tome en serio, al menos tan en serio como los datos medibles (el índice de precios, el P.I.B., la renta per cápita, los gastos militares…). Y sirve sobre todo para calcular el coste, en dolorías, de nuestras decisiones.

28.2.08

De vuelta

Mi yo se irá de mí y ambos caminaremos, por calles paralelas, de regreso a la nada.

Seremos recibidos protocolariamente. La nada nos dirá:

-Habéis cubierto ya el cupo de salida. Sólo se permitía salir de aquí una vez. Un tiempo de ser alguien y retorno al vacío. Así que bienvenidos al nunca para siempre.

Algo así nos dirá, aunque no emplee palabras.

22.2.08

¿Tienes alguna duda?

No sé cómo, pero me había muerto. Entonces aparecí en un sitio, algo así como la sala de espera de un dentista. Vi más personas sentadas a mi lado, todas en silencio. No había revistas ni hilo musical.

Aunque nadie me informó, sabía que en el despacho contiguo había un juez: el Supremo Juez. Así que empecé a pensar cómo me dirigiría a Él: ¿le hablaría de tú (como en el padrenuestro: que estás en los cielos) o de vos (como en el Señor Mío Jesucristo: por ser Vos quien sois…)?. Me decidí por una fórmula intermedia: le trataría de usted.

Entonces oí decir mi nombre por megafonía. Me levanté, toqué con los nudillos en la puerta y entré.

Allí estaba Él, hojeando unos papeles. Debía ser mi expediente personal. Quise mirarle al rostro, pero una luz intensa que de él emanaba me lo impidió.

Entonces me dijo: -Siéntate. Antes que nada, ¿tienes alguna duda?

Me senté y pregunté, a mi vez: -¿Alguna duda sobre el juicio final?

-Alguna duda en general, aclaró.

Entonces dije: -Bueno, la verdad es que tengo muchas. La primera es para qué me creó Usted sin yo pedirlo. La segunda es por qué, pudiendo haber diseñado un mundo armónico, lo hizo tan complicado y desigual. La tercera es por qué permite que la gente sufra, que mueran los niños, que haya guerras, epidemias, catástrofes… Quiero decir: ¿todo eso pasa porque Usted quiere, o pasa porque sí?

Creo que iba a responderme. Yo estaba expectante y el corazón me latía con fuerza. Sí: Él se disponía a responderme pero en ese momento sonó el despertador.

12.2.08

Me suena

A un lado el funcionario.

A otro, el sobornador exhibiéndole un cheque: -Haz lo que te pido y todos los reinos del mundo y su gloria, todo esto te daré.

Y el funcionario: -Te ha faltado decir "...si postrado me adoras". ¿De qué me suena eso?

11.2.08

Interpreta

Haz como si esa energía electromagnética fuera un color. Haz como si esas partículas volátiles fueran aromas. Haz como si esas vibraciones de unos labios, una lengua, unos dientes fueran palabras; como si te estuvieran diciendo “te quiero”. Haz como si esas células dispuestas en capas membranosas fueran una piel. Haz como si, al rozar con tus manos ese tejido epidérmico, acariciaras a alguien. Haz como si te gustara.

Te felicito por tu gran actuación.

4.2.08

En red

Si desea experimentar vivencias que nunca ha tenido, selecciónelas, despliegue el menú de inicio y haga clic en insertar.

Si desea transferirse emociones que otros han sentido, haga clic sucesivamente en copiar y pegar.

Si quiere suprimir algún recuerdo hiriente, selecciónelo y haga clic en eliminar. El sistema le preguntará si está seguro de que desea eliminarlo. De ser así, conteste afirmativamente. Su recuerdo será cancelado. Se guardará no obstante en la papelera de reciclaje por si en algún momento posterior quiere restaurarlo, a menos que prefiera eliminarlo definitivamente.

La conexión periférica a sus redes neuronales puede hacerse mediante un dispositivo cableado, pero le aconsejamos, por su comodidad, usar un conector por radiofrecuencia.

31.1.08

Dueña

Ella dice naced, y nacemos.



Manda vivid, y vivimos.



Dispone alimentaos, y nos alimentamos.



Ordena tened hijos, y los tenemos...



Ella es la dueña, la mandamás. Ella se sale siempre con la suya.



Pero si los humanos un día nos inmolamos, si acabamos suicidándonos en una guerra apocalíptica, ella por una vez habría dejado de imponer su criterio.



O acaso no. Puede que eso esté también previsto. Puede que ella se diga: "Una especie que no se autorrespeta, que se atreve a desoír mis designios..., una especie así no me interesa. Por tanto, que se maten".

30.1.08

Superviviente

Una llave que no abre ningún cerrojo ni ninguna puerta ni ninguna casa, porque ahora ya no hay casa ni puerta ni cerrojo, porque ahora sólo queda
la llave.

23.1.08

Al menos

Soy la madre de la víctima. No busco venganza. No sé de objetivos políticos ni de lucha armada ni nada de eso. Lo único que quiero es que me digáis por qué lo matasteis. Que me lo expliquéis de modo que lo entienda. Eso no va a devolverme a mi hijo, eso no va a aliviar mi sufrimiento, pero al menos me dejará limpia de rencores.

14.1.08

Por dentro

Tras ascender a directora de recursos humanos, pude leer el resultado del test de personalidad que me habían hecho diez años atrás, cuando era una simple administrativa. Recuerdo que entonces tuve que rellenar un cuestionario y contestar a un montón de inocentes preguntas. No imaginaba que a raíz de eso pudieran sacar tantas conclusiones.

No sólo describieron mi psiquismo, sino que elaboraron una “proyección evolutiva” de mi personalidad. Y acertaron en todo.

Dedujeron que no secundaría huelgas; que me negaría a trabajar en fines de semana; que sería proclive a pedir excedencia por motivos familiares; que no faltaría al trabajo por gripes o catarros; que me implicaría en los resultados de la empresa…

Y, como digo, no se equivocaron en nada. De hecho, pedí una excedencia cuando nacieron los gemelos; nunca he faltado al trabajo por enfermedad; me opuse a trabajar los sábados y nunca he participado en una huelga. Además, está claro que me he implicado en la marcha de la empresa (de lo contrario no me habrían ascendido).

De modo que quienes me estudiaron mediante aquel test supieron de mí más de lo que yo sabía. Escudriñaron mis pensamientos y deseos. Penetraron en una zona de mi personalidad a la que ni siquiera yo sé llegar.

No allanaron mi casa, ni mi correo, ni mi teléfono. Pero entraron en mí.

Así que a partir de ahora, cuando quiera saber algo de mí misma (de lo que siento, de mi yo íntimo, de mis decisiones futuras…), preguntaré a los autores del test. Está claro que, para ellos, no tengo secretos.

9.1.08

Gotas

Sobre el suelo de la habitación donde tejía ficciones, una tubería goteaba (glop, glop) y de ese modo:

a) recordaba que había que arreglarla o avisar a quien supiera hacerlo;
b) incorporaba la realidad percutiente;
c) interfería con la ensoñación; y
d) confirmaba que las palabras nacen de las cosas y están llenas de materia.

Era un gotear molesto, pero no inútil.

3.1.08

Diseñadores

Varios creativos han concurrido al certamen internacional de Diseño.

El señor Desierto ha concebido un modelo alto y corpulento, al que ha denominado camello. Tiene cuatro patas y -esto es lo más llamativo- dos jorobas capaces de acumular reservas de agua.

La señora Selva Tropical ha propuesto, bajo el nombre de loro, un pájaro con pico fuerte y encorvado, patas prensiles para coger pequeños frutos, y vistosas plumas de colores. Este diseño incluye una garganta capaz de imitar sonidos.

Bajo la denominación de cabra, la señora Cordillera ha presentado un mamífero ágil, preparado para correr por zonas escarpadas sin despeñarse. A título de curiosidad, este prototipo presenta dos cuernos vueltos hacia atrás.

El señor Polo Sur ha diseñado el pingüino. Se trata de un modelo de color negro, salvo el pecho y el vientre que los tiene blancos. Es un diseño muy original, pues no vuela (pese a ser ave) y su deambular es torpe; pero a cambio puede nadar con gran agilidad, desplazándose cómodamente por aguas gélidas.

Mañana se conocerá el fallo del certamen. Con independencia de quién obtenga el primer premio, el jurado ha resaltado la gran calidad de los diseños que concurren. De hecho, todos los creativos ofrecen propuestas muy originales. Su desarrollo les ha llevado muchos años, además de un control riguroso de las condiciones orográficas y ambientales, así como de temperatura, humedad y adaptación.