4.3.08

Algiómetro

Este aparato mide el dolor. Se conecta al cerebro con unos electrodos y registra el dolor que se siente. Si, por ejemplo, a una persona se le clava una aguja en un dedo, la máquina marca 5 dolorías.

Un puñetazo puede oscilar entre 10 y 20 dolorías. Una patada, entre 15 y 25. Una migraña, 100. Los dolores dentales (sin anestesia ni analgésicos), unas 400 dolorías. Una crucifixión, 1.700. (Todas estas mediciones son aproximadas, pues pueden variar las circunstancias.)

La muerte de una madre, entre 500 y 600 dolorías. La muerte de un hijo, 1.100 dolorías. Si son muertes provocadas por la acción de otras personas, las cifras pueden triplicarse.

Nuestros detractores aducen que esto no sirve para nada. Nosotros, sin embargo, creemos que sí es útil. Sirve para que el dolor ajeno se tome en serio, al menos tan en serio como los datos medibles (el índice de precios, el P.I.B., la renta per cápita, los gastos militares…). Y sirve sobre todo para calcular el coste, en dolorías, de nuestras decisiones.

No hay comentarios: