15.6.09

Libro de estilo

Un reportero debe ser notario de la actualidad. Igual que los historiadores tienen prohibido reinventar el pasado, un corresponsal de guerra ha de mostrar lo que pasa, sin injerirse en los hechos.

Se lo enseñaron en la Facultad y lo recuerda cuando ve al niño famélico, rodeado de buitres que aguardan su turno.

Un clic con la cámara y se aleja, seguro de que en la Redacción le felicitarán por su foto.

Pero algo no cuadra. Vuelve tras sus pasos, hace un corte de mangas a la Facultad y entrega al niño sus provisiones. Menos mal que éste conserva un resto de energía para masticar.

Y luego, mientras carga al niño sobre su espalda para llevarlo hasta el coche, exclama: -Que le den por saco a mi hernia discal.

4 comentarios:

Carla dijo...

La humanidad...que extraña paradoja del destino...que invento que hemos hecho de nosotros mismos...o nos han inventado?...la contradiccion es parte central de todo en nuestras vidas...pero como bien le dijo Neo al Arquitecto en Matrix Recargado "el problema es la elección...es un problema de elecciones"...

saiz dijo...

Gracias, Saphira. Es muy interesante lo que dices. Ahora hay una corriente científica según la cual el libre albedrío no existe. Es decir, que nuestras decisiones están predeterminadas y condicionadas absolutamente por las circunstancias externas y por nuestra biología.

Según eso, se podría prever de antemano lo que cada uno va a elegir o decidir en cada momento, siempre que se conozcan totalmente las circunstancias y la personalidad de ese individuo.

Es una tesis que implica la irresponsabilidad: Así, si alguien comete un crimen es porque por sus circunstancias externas e internas tiene que cometerlo. Las leyes penales no tendrían otro fundamento ni finalidad que crear unas circunstancias que hagan "no deseable" delinquir. No habría en ellas nada de ético, sino mera funcionalidad o practicidad: se prohíben cosas (matar, robar, violar...) para hacer posible la convivencia social, no porque éticamente esos actos sean reprobables.

A mí este enfoque me resulta inaceptable. Y a la postre me parece que yo, por muy condicionado que esté, puedo elegir. Si cuando voy a un restaurante puedo escoger entre comer ensalada o comer espaguetis, creo que, por muy presionado que esté, también puedo elegir en los aspectos más importantes de mi vida.

Blanca dijo...

Pues espero que quien tomó esa fotografía, de verdad haya ayudado a ese niño, no como decía el pie de foto, que lo abandonó a su suerte.
Yo creo que depende del grado de respeto que ejerza una población, es el grado de presión qeu se le debe de ejercer para que no delinca, entre mas bárbaros, mas duro el castigo, si la tendencia es muy respetuosa para todo ( ya no podemos escribir civilizada, pues hemos desprestigiado el término) no es necesaria la aplicación de castigos. Y cada uno sigue eligiendo, el placer del delito, o el temor al castigo.

saiz dijo...

Gracias, Blanca. Tampoco había visto este comentario tuyo hasta hoy.

La cuestión es que dentro de nosotros tenemos lo mejor y lo peor, y constantemente tenemos que escoger qué sacamos de nuestro interior. En el relato yo imaginé una opción, y quiero creer que es la alteranativa que la mayor parte de los humanos habría elegido.