Detengan a la muerte. Repelan sus avances. Ciérrenle mis puertas. No dejen que me invada, no dejen que entre en mí.
Pero -señores médicos-, si aprecian que la muerte ha ganado la batalla, entonces no opongan resistencia. Allánenle el camino. Alívienle el trabajo. Ayúdenla, en tal caso, a culminar su conquista.
30.4.09
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