23.4.09

Juntacadáveres

El viejo ex-cautivo del campo de Mauthausen fue al cine y vio El Hundimiento. Cuando Hitler ocupó la pantalla, desde su asiento le abroncó:

“Necio, más que necio, ¿para qué te ha servido todo el dolor causado? ¿Qué utilidad ha tenido destrozar tantas vidas? ¿Qué has salido ganando con tanto sufrimiento? ¡ Has destruido a tanta gente, incluyendo a ti mismo !”.

Eso fue lo que el superviviente del campo de exterminio pensó viendo El Hundimiento (los últimos días de Hitler en el búnker). Y le envolvió una mezcla de rabia y tristeza. Pero odio, lo que se dice odio, no sintió.

6 comentarios:

Carla dijo...

Jajajaja es muy simpatico el asunto, imagino al tipo loco de ira gritándole a la pantalla, mas si de alguna forma sirvio para que desquitara la bronca acumulada bien por el que pudo hecerlo.
pd: pasate por mi blog, que estuve hoy muy enojada con la humanidad entera
Besos amigo, gracias por tus letras

saiz dijo...

Gracias a ti, Saphira, por tus visitas.

Recuerdo que una vez leí a uno de esos sacerdotes de la Teología de la Liberación, quien decía que, ante las muchas situaciones injustas que había presenciado en su vida, se permitió a sí mismo sentir toda la rabia que eso le producía, pero intentó siempre que esa furia no se convirtiera en odio.

De todos modos, supongo que debe ser muy difícil: experimentar rabia e indignación ante las situaciones injustas, pero no sentir odio hacia su autor o autores.

No obstante creo que hay que intentarlo, porque el odio es un sentimiento que envenena a quien lo padece. Es algo que daña más al odiador que al odiado.

Carla dijo...

Seguramente sea asi, no hay dudas de ello. Como dijo Master Joda: " la bronca conduce al odio, el odio al lado oscuro de la fuerza"
Besos

Julissa dijo...

Es como cuando veo películas de este tipo, me da tanta rabia, tantos sentimientos encontrados, que a veces tiendo a llorar o muy bien a gritar por el dolor, a pesar que no me toca. Y particularmente soy sensible ante estos hechos, no sporto la injusticia en ninguna de sus formas.

Y tienes razón la persona que guarda odio en su corazón es quien lleva la carga más pesada

Julissa dijo...

Me he metido en tu historia tanto que me imagino lo que está persona habrá sentido.

saiz dijo...

Gracias, Saphira y Yahaira.

Sí: quien causa deliberadamente daño a otro está produciéndole un doble daño porque, al daño objetivamente causado, se añade el odio (la inquina o resentimiento) que puede engendrar en la víctima.

Y para quien ha sufrido un daño deliberadamente causado (por ejemplo, la víctima de una violación o de un atentado terrorista) no es fácil desprenderse del odio. (Posiblemente sólo mediante la comprensión, pero a su vez comprender tampoco es sencillo.)

A quien ha sufrido un mal intenso causado por otra persona no le resulta fácil dejar de odiar, pero al menos puede intentar que el odio no guíe sus actos.