16.10.09

Una señal de alarma

Al cumplir tres años había que escolarizar a Paula, por lo que ella dijo:

-Paula irá al colegio al que fui yo.

Y él:

-De ninguna manera. No quiero que le imbuyan religión desde la infancia. Irá a otro colegio donde no hagan eso.

-¿Ah, sí? Pues a mí no me fue nada mal en ese colegio.

-Ahora no hablamos de ti. Es una cuestión de principios: no se puede inculcar fe religiosa como se enseña el teorema de Pitágoras. Quiero que respeten a mi hija.

-No es sólo tu hija.

-Está bien: nuestra hija. Quiero que en materia de creencias pueda elegir por sí misma.

-O sea, que ya has decidido por mí.

-Eso mismo podría decir yo.

-Pues habrá que ir al juzgado. Según el código civil, si los padres no se ponen de acuerdo decide el juez.

Ambos se miraron fijamente y callaron. Desde que estaban juntos era la primera vez que invocaban un precepto estatal, una ley, un código. Sintieron miedo porque sabían que, si una de esas normas irrumpía en su convivir, significaría que habían dejado de amarse.

7 comentarios:

Noite de luNa dijo...

Me tienes asombrada con tus relatos cortos, Son magníficos.

Felicidades, aunque no sea tu cumple.

saiz dijo...

Gracias, Aquí me quedaré, por tus palabras. Celebro que te gusten, o al menos no te aburran mucho, mis pequeñas ocurrencias.

Blanca dijo...

Oh, pero tu ya sugieres la continuación del amor, desde que incluyes la reflexión sobre lo sucedido, en la mente de los protagonistas. Solo cuando no se da esta reflexión, cuando no se dan cuenta de lo que hacen , es cuando no se detienen y la discusión sigue. Hasta luego, Saiz.

Blanca dijo...

Saiz, a pesar de que vengo 'devotamente' a leerte, apenas me doy cuenta de que no estaba anotada como tu seguidora, disculpa, ya corregí esta omisión. bye.
:)

saiz dijo...

Gracias, Blanca. Yo también me he apuntado como seguidor de tu blog.

Pa.π.ta dijo...

No tenés límite Saiz. Excelente relato y es algo difícil de decidir, realmente. Me gustaría saber cómo termina jeje :). Felicitaciones por todas tus redacciones!

saiz dijo...

Gracias, Agu Papa. Pues me temo que yo tampoco sé cómo termina. Pero es un asunto digno de reflexión: inculcar las ideas religiosas desde la niñez es un tema muy serio, porque lo que se imbuye a los niños por sus padres y maestros en la primera infancia, después es muy difícil cuestionarlo críticamente. De algún modo es un prevalimiento, una falta de respeto, un abuso: aprovecharse de la nula capacidad crítica del niño/a para trasmitirle unas creencias sobre las que no ha podido reflexionar con madurez.

Actuar así es confundir al niño como un pelele o una marioneta que se manipula a voluntad.

Yo tengo un amigo que dice: "A mi hijo probablemente le influiré para que se haga del Real Madrid (obvia alusión al equipo de fútbol), pero no le influiré para que abrace una ideología ni una religión. Que elija por sí mismo".

Supongo que toda persona tiene derecho a elegir en qué cree y en qué no, y a hacerlo sólo cuando su capacidad de raciocinio está suficientemente desarrollada.