29.10.09

Heridas de amor

Su dolor es severo y la enfermedad incurable: lo mejor es sacrificarla”. “Sí, qué remedio”, respondes al veterinario. Y mientras él le pone la inyección (ofrenda el sacrificio), descubres en tu mano el rasguño de hace sólo una semana, cuando todavía tenía fuerzas para arañar jugando. Está ya borrándose. Si mandaras en tu piel, lo dejarías ahí para siempre.

2 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

... ...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazon
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesia ...


AFECTUOSAMENTE
RELATOS








jose
ramon...

saiz dijo...

Gracias, José Ramón, por tu visita y comentario. En cuanto tenga un poco de tiempo me paso a visitar tu blog. Saludos.