6.5.10

No les falta de nada

Mis hijos tienen mucha suerte. Con apenas diez años no les falta de nada. Tienen cámara digital, MP3, ordenador, videoconsola… Viven en una gran ciudad. Reciben clases de kárate, de inglés, de ajedrez y de danza. Dos veces al año los mando a esquiar a Andorra, con una agencia.

Su infancia es muy distinta de la mía. Porque ¿qué tenía yo a su edad? Apenas nada: un balón de goma, una calle de pueblo donde jugar con otros niños y un perro que me recibía al volver del colegio. Ah, y mi padre, que todos los domingos me llevaba a pescar con él. Y poco más.

Siempre que mis hijos me requieren para algo, les repito esto. Y añado: “¡qué afortunados sois por tener tantas cosas!”. Después sigo con mis ocupaciones.

Sólo que a veces, no sé por qué, noto que me miran con extrañeza: como si no estuvieran de acuerdo con lo que digo. En fin, ¡qué chicos estos! Decididamente, no hay quien los entienda.

4 comentarios:

hanna dijo...

jajaa, la ilusión de creer que "lo tienen todo", tal vez es cierto: tienen nuestras frustraciones, heredan nuestras mañas, miedos, fobias, rasgos...


saludos desde caminandoporeltecho.blogspot.com

saiz dijo...

Gracias, Hanna. Me alegra verte por aquí. Luego visitaré tu blog.

Es verdad que a los niños les transmitimos un montón de cosas sin darnos cuenta. Hay una canción de Serrat ("Esos locos bajitos") que dice algo así como "les vamos transmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción..." Y añade que "por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentos para dormir...".

Por otro lado, muchos padres se esfuerzan (nos esforzamos) para que los hijos tengan todo aquello de lo que carecimos (juguetes, aparatos electrónicos, clases de inglés, de judo, de...). Pero, en cambio, se nos olvida proporcionarles aquello que SÍ tuvimos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Creo que en realidad quien lo tenía todo eras tú: una calle para jugar, amigos con quien hacerlo y un padre que procuraba llevarte de pesca cada vez que podía. Qué más puedes pedir?

saiz dijo...

Gracias, Natanxxl. Me alegro de que se haya entendido. El caso es que estamos tan preocupados por dar a nuestros hijos lo que no tuvimos, que se nos olvida darles lo que sí tuvimos. Bueno, creo que esto ya lo dije antes. Está claro que que, para procurarles cosas materiales, sacrificamos nuestro tiempo, y esto -el tiempo- se lo regateamos, como si no fuera lo más importante. Supongo que no es sólo culpa individualmente de cada padre o madre, sino que también la sociedad que hemos construido empuja en esta dirección.

(Paso ahora a visitar tu blog. Un saludo.)