15.12.09

Baeza

Apenas le interesaban la literatura y la filosofía. Sólo coincidía con él en su pasión por la naturaleza y en el desaliño indumentario. Sus conversaciones trataban sobre todo de árboles y plantas. Le asombraba que un profesor de francés supiera tanto de álamos, acacias, encinas, cipreses, olmos... Le oía como a un entusiasta de la botánica. Eso decía, aunque yo no me lo creo. En medio, alguna alusión dolorida a Leonor, su desplome reciente. Entonces era sólo un compañero de claustro que componía versos, no el escritor afamado que fue después. Me contó que le había dejado ver algunos de sus poemas, escritos a mano, parte de los cuales apareció luego en la segunda edición de Campos de Castilla. También decía que una vez leyó una frase cenital, un verso suelto en una hoja suelta, entre sus papeles. Tuvo que ser antes de 1919, fue entonces cuando dejó aquel Instituto. Eso significaría que dispuso de veinte años para continuar el poema, pero no lo hizo. Puede que no quisiera seguir, que no encontrara palabras a la altura del arranque; o puede que, simplemente, sea un epílogo acabado, completo e inédito durante dos décadas. El verso al que se asía en el último derrumbe, “estos días azules y este sol de la infancia”.

2 comentarios:

Noite de luNa dijo...

Los Campos de Castilla.
Machado me entusiasma.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Me parece fantástico

saiz dijo...

Mi gusto por la literatura se inició con Machado. En relación con el poema que citas, recuerdo que cuando tenía 14 años había en casa un doble disco de vinilo titulado "Serrat canta a Machado, Miguel Hernández, Alberti y León Felipe". Eran poemas de estos autores musicados por Serrat. Una de las canciones era este poema de Machado, titulado "Retrato", y siempre que lo leo me suena inevitablemente con la música de Serrat. A mí me gusta especialmente la estrofa en la que dice "A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una".