11.5.09

Contendientes

Por raro que parezca, el soldado americano que vigilaba los prisioneros y el soldado japonés se hicieron amigos. (Habían convivido en un campo de prisioneros situado en una isla del Pacífico.) Así que, al acabar la guerra, ambos “contendientes forzosos” -vigilante y vigilado- continuaron su amistad.

El soldado japonés invitó al americano a visitar su ciudad. Le enseñó la escuela en que trabajaba como profesor de inglés antes de ser enviado a la guerra. Le mostró las aulas y los patios donde, en medio del natural griterío, correteaban los niños a la hora del recreo. Le llevó al parque en que jugó de pequeño. Le presentó a su familia.

Después, el soldado americano invitó al japonés a visitar su pueblo. Le enseñó el rancho que cultivaba, las espigas de maíz, el tractor… Le presentó a sus colegas de la banda de jazz y le invitó a comer en casa, con su mujer y su hija.

El ex-vigilante y el ex-prisionero continuaron viéndose y carteándose durante varias décadas. Algunos de sus encuentros (en Japón o en Estados Unidos) terminaban de madrugada, después de una larga cena bien regada de vino. Entonces ambos soldados dedicaban certeros adjetivos a quienes, años atrás, les habían obligado a masacrarse en una horrible guerra. Cualquiera que escuchase su conversación podía oír expresiones como “cabrones”, “hijos de perra” y otros epítetos adecuados y biensonantes.

2 comentarios:

Carla dijo...

En verdad es mas que extraño e interesante como teje la vida su trama. Me parece que da para novela...no se...estaria bueno...que te hicieras el escrito...
Besos

saiz dijo...

Gracias, Saphira. Lo que sorprende de las guerras es que en ellas hay un montón de humanos matándose los unos a los otros, y son personas que no se habían hecho ningún mal entre sí; personas que invidivualmente no tenían -no tienen- ninguna razón para pelearse y agredirse... porque ni siquiera se conocían.

Y en un campo de prisioneros donde hay un soldado preso custodiado por un soldado del otro bando, y ambos se aburren y charlan y se cuentan su vida... ¿por qué no iba a poder surgir, entre ellos, la amistad?