Cuéntame tu vida. Sí, cuéntamela.
Por aburrida que sea, a mí no va a aburrirme.
Recórrela página a página, capítulo a capítulo, tal como la realidad la fue escribiendo.
Cuéntame su fluir. Cuéntame sus remansos y sus remolinos.
Cuéntame tu vida. Cuéntamela por fuera y por dentro (qué sentías, que vivías, mientras la vivías).
Cuéntame tu vida. Léeme esa novela que en ti se autoescribió.
15.5.09
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