Oí a alguien decir:
“Se aprovechan de que no tengo estudios para indiscriminarme”.
Y yo me reí, no sé si voluntaria o involuntariamente (¡ indiscriminarme !), pero luego me avergoncé de mi risa. Sí: sentí una íntima vergüenza, y me eché una gran autobronca, por haberme reído.
(Hay que ser tan bruto, tan ignorante para reírse de la ignorancia ajena…)
12.3.09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario