4.3.09

Quinto mandamiento

Una chica joven, en la calle, repartía octavillas. Me dio una y la leí:

Todos los animales que poseemos sistema nervioso tenemos capacidad de sentir y sufrir. A ninguno nos gustaría estar encerrados o privados de movimiento, ni que nos golpearan, ni que nos arrebataran la vida contra nuestra voluntad. Nuestro objetivo pasa por que se establezca el principio de igualdad entre todos los animales, entendido como una idea moral, reconociendo que la vida y la libertad de los demás animales son tan importantes para ellos como las nuestras para nosotros. Es hora de dar otro paso, de avanzar hacia una única moral, superando cualquier prejuicio y la idea de que los animales son cosas de nuestra propiedad simplemente por no ser iguales a los humanos y no pertenecer a nuestra especie. El `especismo’ se opone a la esclavitud, explotación y muerte de cualquier animal no humano y excluye el consumo de productos de origen animal.”

Y tras leer esto recordé que el Dios del Sinaí, cuando en sus famosas tablas dijo “No matarás”, se refería a los humanos. Sólo a los humanos. Es más: en otros lugares de la Biblia no le importaba, incluso exigía, que se le ofrecieran sacrificios animales. Y, en fin, nunca hubo una palabra suya para mandar que no se haga sufrir, al menos sin necesidad, a los animales.

Así que le dije a Yavéh:

-En cuestión de ética, de piedad, de compasión…, esta chica va por delante de Ti. Mientras que a Ti te da igual el dolor animal, a ella sí le importa. Creo que deberías tomar nota y aprender de ella.

Eso fue lo que le dije al legislador del Sinaí. No sé si Él me escuchó, pero yo se lo dije.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y muy bien dicho. Yo he oído que a las focas las matan para quitarles la piel, como todos sabemos, pero es que no las matan pegándoles un tiro con un rifle o una escopeta, que sería quizá lo esperable, qué va: las matan a palos, o sea dándoles golpes en el cuerpo hasta que agonizan, porque si las disparasen con un arma de fuego quedaría el agujero de la bala en la piel y esto la haría inservible para la peletería. Una vergüenza esta insensibilidad hacia los animales, más aún cuando no es para comérselos sino por el puro caprichito de llevar un abrigo de piel, como si las focas u otros animales no sintieran el dolor. En fin, que sí , que quienes no muestran ninguna sensibilidad por el sufrimiento de los animales no pueden ser buenas personas.

saiz dijo...

Es tremendo lo que cuentas. En todo caso, me llama mucho la atención que religiones como el cristianismo, el judaísmo o el islamismo no se hayan preocupado nunca, mínimamente, del dolor animal y de su evitación.

Es verdad que en ningún momento consta que los fundadores de esas religiones maltratasen a un animal, pero su constante silencio (su insensibilidad) sobre este asunta me resulta muy chocante.

Ciertamente que cuando vivieron Jesús, Mahoma, etc eran tiempos duros (de tiranías, guerra, esclavitud, hambre, privaciones...) y no era fácil pensar en renunciar al consumo de carne. Pero es que, en teoría, parecería que para estas religiones sería lícito, no ya matar animales para comerlos, sino incluso matarles o torturarles por mero capricho (¿acaso no pasa eso con la lidia y con algunas fiestas populares relacionadas con celebraciones religisas?).

Ya digo que me sorprende, y es lo que quería expresar con el relato.