5.3.09
Ególatra
Siente una gran necesidad de ser admirado. Y por eso se conduce con pedantería. Anhela asumir protagonismo, acaparar la atención. Exhibe de continuo sus títulos, sus méritos. Busca con desesperación los focos y las cámaras. Y no se da cuenta de que, con todo eso, obtiene justo lo contrario de lo que busca. Lo más opuesto a la admiración. El ridículo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario