23.6.10

Una foto muy lograda

Ésta es una historia vulgar, real.

El fotógrafo quiere hacer una foto perfecta. Una pequeña obra de arte.

Se trata de fotografiar, por encargo, a un niño de siete años. A un niño inquieto y torpón.

El fotógrafo pide al niño que mantenga erguida la cabeza, que abra menos la boca, que no tuerza los ojos…

Pero el niño no entiende, o no sabe hacer, lo que le piden.

El fotógrafo entonces se impacienta, refunfuña, se altera, grita al niño.

Al final la foto es un éxito de encuadre, luz y sombras. Una lograda foto de… un niño llorando.

(¿Y no era eso –la luz, la sombra, el encuadre- lo que en verdad le preocupaba? Entonces, señor fotógrafo, no hay razón para no estar orgulloso.)

Ésta es una historia vulgar, real. Es la historia de mi foto de primera comunión.

Siempre que la veo (enmarcada, en casa de mis padres) me entran ganas de romperla y poner otra en su lugar: la foto, puede que movida y desenfocada, de un niño riéndose.

4 comentarios:

anna dijo...

Precioso...
un saludo!

AnimaPersa dijo...

Me recuerda totalmente a las fotografías que me intentaban hacer de pequeña... y al final siempre salía con cara de enfadada.
Un saludo.

Blanca dijo...

:)

No, es que no puedo irme sin saludarte. Hola, que estés bien.

saiz dijo...

Gracias por vuestras visitas y comentarios. Me alegro de que os haya recordado cosas vividas. Supongo que todos, de niños, nos poníamos nerviosos cuando iban a hacernos una foto y nos pedían que adoptáramos una determinada pose o postura. Bastaba que nos dijeran eso para que pusiéramos una actitud forzada, antinatural. Seguramente lo mejor sería que nos fotografíen sin ser conscientes de ello, y así saldríamos espontáneamente, tal como somos. En mi interior aún hay algo que protesta cuando van a hacerme una foto, tal vez venga de ahí.

Un abrazo.