2.9.09

Y tú cómo te llamas

El amante de las palabras va a la ferretería para comprar tuercas y arandelas. Al pasar por la sección de pinturas se queda mirando las latas. Hay cientos, y todas llevan adherida una pegatina con el color de la pintura y su nombre. Se para a examinarlas y lee:

Blanco mármol. Blanco mate. Blanco satén. Crema. Marfil…

Verde olivo. Verde laguna. Verde manzana. Cetrino…

Azul cobalto. Azul cárdeno. Azul pastel. Índigo…

Gris plata. Gris niebla. Gris ceniza. Gris acero…

Marrón cuero. Marrón tabaco. Marrón mostaza. Vainilla…

Rojo escarlata. Rojo cereza. Rojo teja. Carmesí. Bermellón. Burdeos…

Sepia. Granate. Magenta. Púrpura…


Está más de una hora leyendo los envases. Pide prestado un bolígrafo y anota aquellos nombres. Llena varias cuartillas. Las guarda en el bolsillo.

Seguramente ya había visto esos colores pero, sin palabrarlos, no los captó del todo. Estuvieron en su retina pero no en su conciencia.

Intenta memorizar cómo son el gris acero, el azul cárdeno, el sepia, el bermellón…, mientras se pregunta “¿qué es un color sin la palabra que lo nombra?”.

Al final, casi se olvida de comprar tuercas y arandelas.

Sale de la ferretería con las arandelas y tuercas, pero sobre todo se lleva un inesperado botín. Un bolsillo lleno de palabras.

4 comentarios:

Blanca dijo...

Hola Saiz, que gusto volverte a leer, yo creo que tu eres un amante de las palabras. ¿ Ya fuiste ala ferretería? jejeje. Buenos días, todos los días.

saiz dijo...

Gracias, Blanca (tú también eres un color, un esperanzado color...).

Sí, estuve una vez en la ferretería y me quedé asombrado al leer todos esos nombres de colores en latas de pintura. Así que el relato es un tanto autobiográfico.

Creo que últimamente a los colores se les designa con un número, para poder nombrar todas las tonalidades y gamas intermedias de cada color. Es decir que, como faltan palabras para designarlos, hay que acudir a los números.

He oído que los esquimales tienen en su idioma algo así como veinte palabras para llamar al color blanco, pues lo que llamamos "blanco" admite una gran cantidad de tonos, valores y matices (por ejemplo, no es igual el blanco de la nieve recién caída que el de la nieve en reposo, ni que el blanco del hielo, etc).

Pero la pregunta es: ¿vemos del todo los colores -o las cosas- cuando no tenemos una palabra idónea para nombrarlos?

Blanca dijo...

Por eso ver el mundo a través de los ojos de un poético y metafórico escritor, es verlo de otro modo, inesperado...Felicidades al que sostiene la pluma ( o gopetea el teclado,jajaja)

saiz dijo...

Gracias, Blanca, por tus palabras y tus visitas.