16.9.09

Estrategias

-Soy yo, cariño. Te llamo entre clase y clase para recordarte que me prepares la maleta. Ya sabes, para mi viaje de mañana.

-No te preocupes, ya he empezado a hacerla.

-Acuérdate de meter el traje a rayas, bien doblado. Y la corbata a juego, la de los pececitos. Ah, y los gemelos dorados. ¿Qué son esos ruidos?

-El pequeño, que se ha despertado. Voy a sacarlo de la cuna. Espera, que cojo el inalámbrico. Ah, es que se le había caído el chupete.

-Pues como te decía, que pongas también los gemelos. Y ya sabes: camisas y ropa interior para tres días. Bueno, te dejo, que tengo que dar otra clase. Hoy volveré tarde: debo terminar la última revisión de la ponencia.

-Entonces ¿no podrás ir a la reunión del cole?

-¿Qué reunión?

-Te lo dije ayer: con el profesor de apoyo, por el problema de Dani con las matemáticas.

-Pues se me había borrado. Pero no, no podré ir. ¿Por qué no llamas a tu madre para que se quede con los niños, y vas tú a la reunión?

-Bueno, lo intentaré. ¿Y de verdad no podrías ir tú?

-Pero, cariño, ya te lo he explicado: tengo que revisar la ponencia. Es un congreso muy importante, sobre “Estrategias Anti-discriminación”.

4 comentarios:

Blanca dijo...

Y es que en realidad, a cualquier profesional o trabajador, le hace falta un complemento que se encargue del hogar y si los hay, de los hijos. Esta ha sido siempre la esposa, pero hoy, el esposo podría hacer la misma labor, y en muy raras ocasiones, (casi solo en las películas, creo) lo hace. No generalizar, ya sé...hasta luego Sáiz.

saiz dijo...

Por otro lado, Blanca, el hecho de que cada vez más mujeres se incorporen al mundo laboral, al ámbito directivo, a la política... abre una puerta a la esperanza.

Desde los albores de la humanidad la sociedad ha estado regida por hombres (o sea, varones) y el resultado no es agradable: esclavitud, guerras, masacres, genocidios, amenaza de holocausto nuclear...

Uno tiene derecho a preguntarse si, en caso de que el mundo hubiese estado dirigido por mujeres, hubiera pasado lo mismo.

Uno tiene derecho a confiar en que no habría sido igual. En que las mujeres, con su distinta sensibilidad, habrían organizado las cosas de otra manera. Y en que, una vez que las mujeres se incorporen a la toma de decisiones en pie de igualdad con los hombres, el mundo evolucione a mejor.

Porque si al final las mujeres terminan reproduciendo los mismos clichés egoístas e insolidarios de los hombres que han regido el planeta hasta ahora (ojalá que no), entonces sí que no tendremos solución.

Blanca dijo...

Creo que tendríamos que pensar en terminos de ser humano, no de característica hombre vs. mujer.
Desgraciadamente, me ha tocado presenciar las acciones de mujeres ladronas, fraudeadoras, y calculadoramente trepadoras. Antes de eso creía en que ser mujer era aval de honradez, ahora creo que me equivocaba.
Bie.

saiz dijo...

Pues qué pena, Blanca. Para mí era (es) una especie de esperanza: que un futuro en que las mujeres dispongan tanto como los hombres será un futuro más humano y vivible. En fin, supongo que lo que dices es verdad: que la condición humana no distingue entre sexos. Pero pensaba que la sensibilidad de la mujer, su vivencia de la procreación (maternidad), su mayor capacidad organizadora y conciliadora... podrían servir para esa finalidad de mejorar el mundo.