11.9.09

Armas blancas

Va de caseta en caseta pidiendo libros. “Libros que puedan ustedes donarme”, dice. “Es para un arma de instrucción masiva”.

Es la feria del libro y los que estamos a su alrededor lo miramos con curiosidad. Camina balanceándose, casi bailando, como si al eje de su cuerpo se le hubiera aflojado una pieza.

Estoy fabricando un arma de instrucción masiva”, le oigo decir. “Conseguí un viejo carro de combate y voy a llenarlo de libros”.

Al cabo de un rato veo un extraño vehículo estacionado junto a la feria. Es una especie de “jeep” grande y de color verde olivo: algo así como un camión pero con la cabina formada sólo por varillas. El parabrisas es un pequeño rectángulo de vidrio sostenido por dos de esas varillas. Y eso es todo el chasis.

Sobre las ruedas hay una plataforma con varias hileras de libros (con el lomo hacia fuera), una sobre otra. Y en vez de faros, lleva siluetas de libros.

Al ver el camión me doy cuenta de que eso es el arma de instrucción masiva.

El hombre se acerca ahora al camión para dejar más libros. Ha conseguido que le donen varios títulos. Algunas personas compran ejemplares y se los regalan. Él los va colocando en la trasera del camión. No falta gente haciéndose fotos a su lado.

Yo mismo contribuyo con una edición barata de “Demian”, de Hermann Hesse. Un proyectil muy peligroso.

No sé dónde pensará usar su carro de combate, pero se me ocurren varios objetivos estratégicos: la casa de “Gran hermano”, alguna tertulia de cotilleo, una cancha de boxeo, una plaza de toros...

Lo malo es que, nada más marcharse con el camión, empieza a llover. Entonces me asalta un temor: que se estropee su armamento, que la pólvora de papel se le moje.

3 comentarios:

aurora dijo...

Me encantó.

Blanca dijo...

Oiga, Saiz, que buena idea, algo como las salas de lectura de la imaginación de algunos nayaritas, itinerantes las bibliotecas. Ojalá funcionen.

saiz dijo...

Gracias, Aurora y Blanca. El hombre del "arma de instrucción masiva" existe, o al menos existió, de verdad. De esa clase de soldados sí que estamos necesitados.