6.9.10

Allá donde se cruzan los caminos

Al final no me casé con ella, no compartí la mayor parte de mi vida con ella, no tuve hijos con ella. Pude hacerlo, pudimos hacerlo (fuimos novios durante dos años), pero no lo hicimos. Tal vez sí nos queríamos, pero el caso es que seguimos, decidimos seguir, caminos diferentes. Y supongo que para bien. Veo a su marido y, por lo que sé de él, creo que la ha amado más (y mejor) que yo. Creo que ella ha sido más feliz con él de lo que habría sido conmigo. A veces, al cruzarnos ella y yo en alguna calle (ésta es una ciudad pequeña), hemos hablado banalmente, superficialmente (sobre sus hijos, los míos, la salud, el trabajo…), rehuyendo recordar nuestro pasado y evitando preguntas complicadas del tipo ¿tú que sientes? Pero hoy, cuando he sabido que ella ha muerto, una tempestad ha estallado dentro de mi corazón. Y siento que se va, no mi otro existir posible, no mi vida alternativa, sino una parte básica de mi vida real, de la que sí he vivido. Siento que se me ha muerto a mí tanto como si me hubiera casado con ella, hubiéramos convivido todo el tiempo, hubiéramos tenido hijos comunes. Miro a su marido en el tanatorio y siento que ése (o sea, él) es mi lugar. Lo veo llorar y, mientras reprimo mi propio llanto, no puedo evitar sentir que esas lágrimas que derrama, esas lágrimas de él... me pertenecen.

7 comentarios:

Noite de luNa dijo...

Los primeros amores.
Mejor dicho:
El primer amor que siempre se queda pegado al corazón, al cerebro y a todos los lados...

Recuerdo el mío perfectamente

Besos

saiz dijo...

Así es, Aquí. Hay una estrofa de una canción/poema de Alberto Cortez que a mí me gusta mucho. Dice:

Aquella novia primera,
la que estrenó el alma mía,
ella de alguna manera
es mi novia todavía.

Un beso.

Blanca dijo...

Huy Saiz, cada uno una historia, te cuento, primer amor, tres meses y termina la relación, al mes se muere. Si, hubo millones de lágrimas, un "eterno" recuerdo que hace rato dejo el dolor a un lado, y ahora solo acude como ahora, que se saca el tema a colación. Una historia muy corta.
Hasta luego Saiz.

saiz dijo...

Hola, Blanca, de eso trata el relato, de cómo una relación que muere sigue de alguna forma viva en la memoria -o incluso en la duda de lo que pudo haber sido-, y de qué puede sentirse cuando se sabe que esa otra persona ha muerto y que el amor que hipotéticamente podía latir ya no podrá ser -definitivamente- posible. Por lo demás, el texto es ficción: obviamente aunque esté escrito en primera persona -como recurso literario-, eso no significa que sea 100% biográfico del autor.

Un abrazo

Blanca dijo...

Parece que siempre le endilgamos al autor las experiencias, como personales, se nos olvida que es escritor.
Eso pasa conmigo, que se me ocurre cada idea, pero luego no quiero que piensen que la viví,: Pueblo chico....hasta luego Saiz.

Noite de luNa dijo...

Tienes razón, Blanca.
A veces, me cuesta escribir lo que deseo por esa razón
No debería ser así.
Ahora que lo pienso...voy a escribir como me apetezca y ya está.

No sé escribir en tercera persona o en segunda.

¿Cómo se hace, Saiz?

Besos a los dos

saiz dijo...

Siempre hay algo del autor en lo que escribe, en mayor o menor medida, pero a veces no es una experiencia vivida sino algo que imaginó, que quiso (o que no quiso), vivir. La fantasía, por intensa que sea, sólo puede beber de la fuente de la realidad. Flaubert decía que "Madame Bovary soy yo". Aunque tal vez sería la Sra. Bovary la que tendría que decir "Flaubert soy yo". Pero evidentemente uno y otra no podían ser del todo los mismos, sólo al 5, al 10, quizá al 15%...

Besos para las dos.