16.3.12

Hasta luego, Diego


Mi amigo Diego murió hace tres años. Sin embargo, esta tarde me lo he encontrado en una calle de Edimburgo. He tenido que venir a Escocia por motivos de trabajo, y al salir de una reunión me he topado con él. "¡Diego!", he dicho, y él no se ha dado por aludido. He repetido su nombre y entonces me ha mirado con extrañeza. Me ha costado trabajo explicarme, no sólo porque mi inglés no es bueno sino sobre todo porque cuanto más miraba a aquel hombre más me ha parecido mi amigo.

"Perdone" (he intentado excusarme), "me he equivocado. Es usted igual que un amigo mío".

"No tiene importancia. Me llamo Larry", ha dicho él. Y me he dado cuenta de que también su timbre de voz es idéntico al de Diego. Tras lo cual él me ha preguntado (sin duda a raíz de oír mi acento) "¿es usted italiano?".

"No, español", he respondido.

El caso es que me he atrevido a invitarle a un té, que finalmente han sido un té y varias copas. Nos hemos contado nuestras vidas y, aunque la suya no tiene mucha similitud con la de mi amigo, por momentos he tenido la sensación de estar hablando con Diego.

Le he explicado también cómo era mi amigo. "Físicamente era igual que tú" (lo bueno del idioma inglés es que no distingue entre tú y usted, así que en ningún momento hemos tenido que decidir tutearnos). "El parecido es asombroso, incluso el pelo y los lunares. En lo demás Diego era alegre, apasionado, chispeante... Recuerdo la última noche que estuvimos juntos. Salimos a cenar, bromeamos y al final nos despedimos como siempre: `Hasta luego, Diego´, dije yo. Y él contestó `Hasta más ver, Rafael´. En español son frases con rima. Al día siguiente Diego murió de un infarto".

Después Larry y yo hemos hablado de fútbol, de música, de cine (Larry escribe críticas en un periódico)...

Nos hemos dicho adiós con un apretón de manos. Aunque hemos anotado los teléfonos, no tengo previsto volver a Edimburgo, así que probablemente no nos veremos más.

Mientras me he girado para ir al hotel he pensado, para mis adentros, "Hasta luego, Diego". Y en ese momento Larry, como si me hubiera oído, me ha tocado en la espalda y ha dicho "Hasta más ver, Rafael". 

5 comentarios:

Elena Beatriz Viterbo dijo...

que inquietante este relato. No sé si es bueno o malo, te diré que a mi me ha gustado y que has conseguido ponerme los pelos de punta.
gracias.

Blanca dijo...

Hola Saiz, dolor y esperanza. Si todos tuviésemos la dicha de reencontrar en otros y con la misma empatía a aquellos...
Grande amigo Saiz de la creatividad exhuberante.

saiz dijo...

Hola, amigas, gracias por vuestra lectura y visita.

Noite de luNa dijo...

Me ha encantado.
No sabes las veces que me sonrío al comprobar que año tras año, me siguen sorprendiendo tus relatos.

Un abrazo a todos

saiz dijo...

Gracias, Aquí. Sí, casi sin darme cuenta ya son unos cuantos años colgando aquí estas pequeñas fabulaciones que me visitan para que las escriba.