14.1.10

Ser o no ser

Has sabido (no importa cómo) que tus padres te concibieron a las 23 horas 48 minutos 31 segundos.

Si la concepción hubiera sido un segundo antes (a las 23:48:30), la persona concebida habrías sido tú, pero tendrías los ojos verdes en vez de marrones.

Si la concepción hubiera sido un segundo después (a las 23:48:32), la persona concebida también habrías sido tú, pero medirías un centímetro menos y tendrías el pelo castaño en vez de rubio.

Si la concepción hubiera sido más de un segundo antes (a las 23:48:29) o más de un segundo después (a las 23:48:33), entonces no te habrían concebido… a ti. Los cromosomas se habrían combinado de tal modo que los genes serían muy distintos: no sólo un centímetro de más o de menos, no sólo el color del cabello o del iris…, sino una diferencia más profunda.Y el concebido sería otro. Tendría otra yoidad, otra sujetidad, otra autopercepción distinta de las tuyas.

Tal vez le habrían puesto tu nombre, pero sería otra persona.

Y entonces tú no existirías. Nunca habrías nacido.

Como tantos. Tantos otros. Porque la mayoría de las personas (o sea, no-personas) innace. Casi toda la gente no nace nunca.

7 comentarios:

Noite de luNa dijo...

Jo.
Casi nadie nacemos.
No hago más que pensar con cada cosa que escribes.
Es cierto, es cierto.
Se queda dentro de cada uno miles de cosas que nunca verán la luz.
Y seguro que son las mejores.

Buen día

Aquí

saiz dijo...

Seguro que lo hemos pensado todos. Simplemente a veces me hago el reto de escribir algo sobre eso que a todos se nos ha ocurrido. Pero ya digo que es una obviedad.

El azar está tan omnipresente en nosotros que no sólo nuestro existir depende de una larguísima cadena de generaciones, sino que en cada generación el nacimiento está totalmente influido por el azar, la coincidencia, la casualidad.

No es ya sólo que tus padres, abuelos, bisabuelos... pudieron no conocerse; sino que el hecho de existir -de ser cada uno de nosotros- depende del momento concreto de la generación y de la singular "lotería cromosómica" del instante.

Y sí, claro que hay infinidad de humanos "posibles" y que nunca vieron ni verán la luz. No sé si serían mejores que nosotros (los que sí nacemos) o no. Pero seguro que no serían peores.

Un abrazo

Blanca dijo...

HOLA SAIZ, DEFINITIVAMENTE, ENLAZADO A MI ULTIMO ESCRITO, ¿SE IMAGINAN CUANTAS PERSONAS DISTINTAS TRAEMOS EN POSIBILIDAD, EN LOS APARATOS REPROCUTORES DE UNA PAREJA? ASÚSSSTAME. JAJAJAJA. PERO YO, DE QUE NAZCO, NAZCO, JAJAJA.
BUEN DÍA, TODOS LOS DÍAS.

Noite de luNa dijo...

Blanca, buenas tardes:
Puedes dejar en mi blog como aceder al tuyo?
He pedido que te lean, jajaja
Es bueno compartir

Besos, besos

saiz dijo...

Blanca, supongo que un número cercano al infinito. Gracias a ti y a "Aquí me quedaré" por vuestras visitas.

Blanca dijo...

Aqui, gracias, voy y veo que se hace, gracias.

carlos dijo...

Todas las células del cuerpo humano tienen 46 cromosomas.

Sin embargo, el óvulo y el espermatozoide sólo tienen la mitad (23). Pero, además, los 23 cromosomas de cada espermatozoide (y de cada óvulo) no son iguales a los de los otros espermatozoides (ni a los de los otros óvulos). Es decir, todos los espermatozoides (y todos los óvulos) tienen 23 cromosomas, pero no los mismos 23 cromosomas. Esto es debido a un proceso llamado MEIOSIS.

En el caso del hombre, en una eyaculación se producen entre 100 y 1.000 millones de espermatozoides. La mujer, sin embargo, sólo produce un óvulo en cada ovulación (o sea, 12 al año).

Cuando se fusionan un espermatozoide y un óvulo forman un cigoto, dotado de 46 cromosomas (la mitad procedente del espermatozoide y la mitad del óvulo). Esta fusión no es una mera adición de cromosomas, sino que supone una reordenación y recombinación del material genético procedente de cada uno de los progenitores. Los 23 cromosomas que cada uno aporta (que ya hemos dicho son propios y específicos de cada espermatozoide y de cada óvulo) se recombinan entre sí para formar los 46 cromosomas del cigoto.

Cada cromosoma contiene miles de segmentos llamados genes, formados por ADN. Cuando se funden los cromosomas paternos con los maternos, se produce una recombinación de los genes de uno y otro.