29.1.10

4 caminos

Era la primera vez que venía a Madrid. Al salir de la entrevista de trabajo me encontré en una plaza. En el rótulo leí “Glorieta de Cuatro Caminos”. Según pude comprobar, los caminos que de ella salían eran, en efecto, cuatro: la calle Bravo Murillo, la calle Fernández Villaverde, la calle Santa Engracia y la avenida Reina Victoria. No sé por qué, tuve la sensación de que, según la calle que a continuación tomara, me esperaría una vida diferente. Cuatro caminos, cuatro calles, cuatro vidas posibles.

Pasaron las horas, anocheció y allí seguía yo: inmóvil, indeciso en la encrucijada, plantado en medio de los cuatro caminos.

Empezó a llover. Una desconocida pasó a mi lado y, al ver mi expresión angustiosa, se interesó por mí:

-¿Te pasa algo? ¿Puedo ayudarte?

En medio de la plaza y protegidos por su paraguas, le expliqué lo que me ocurría. Entonces me sugirió pasear por las cuatro calles, deambular por ellas sin ningún orden. Y añadió:

-Si quieres te acompaño.

Aquella mujer ya no es una desconocida. De hecho, llevamos diez años viviendo juntos.

4 comentarios:

Yahaira Julissa dijo...

Mi relato favorito. Recuerdo que fue el primer relato que leí. Maravilloso.

Gracias por compartir, Isidro.

saiz dijo...

Gracias a ti, Yahaira, por tu lectura. Ya ves que a veces pongo versiones de relatos que ya había publicado antes. Creo que en la anterior versión la protagonista era una mujer, y ahora en cambio parece ser un hombre. Pura anécdota, ¿verdad?, porque lo esencial no cambia.

saiz dijo...

Hola, Óscar, no había visto tu comentario hasta ahora. Por supuesto que pasaré por tu blog. Saludos también para ti.

Yahaira Julissa dijo...

Tienes razón es un hombre. ¡Lo acabo de recordar!

Lo esencial no cambia.

Gracias a ti por seguir colocando tus relatos. Eres un buen escritor.

Un abrazo Saiz