21.5.08

Sin

Se levantó sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Fue a trabajar sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Regresó a casa sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Cenó sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Se fue a dormir sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

Y cuando se metió en la cama se preguntó cómo podía vivir así, y cuánto tiempo más resistiría sin ganas, sin ilusión, sin esperanza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se puede vivir asi pero con plaza reservada en el siquiátrico.

saiz dijo...

O puede que, en el fondo, cuando uno se siente así abrigue -pese a todo- alguna esperanza (las esperanzas hay que abrigarlas para que no se resfríen); alguna ilusión ínfima..., tan recóndita que ni siquiera sea perceptible.