15.6.11

Y vuelta a empezar

Camaradas: No ha sido fácil esta lucha. Muchos compañeros se han dejado la vida en ella. Otros la hemos arriesgado. Pero al final ha merecido la pena. Hemos acabado con una dictadura que parecía eterna. Ahora sabemos que nada es más fuerte que la voluntad de nuestro pueblo. Y tenemos que consolidar la victoria. No podemos tolerar desviaciones ni resquicios por donde vuelvan los partidarios del tirano. Por eso es necesario instaurar nuestro régimen. Un partido único que garantice la soberanía del pueblo. Que impida que, al abrigo de las libertades formales, vuelva la misma opresión que padecimos. Será el partido de las bases quien asegure los derechos de todos. El derecho a la igualdad y prosperidad tal como las entendemos. El derecho a vivir de acuerdo con nuestros anhelos. El derecho a desarrollar nuestro programa. El derecho a divulgar las ideas del partido y a acallar a quienes las traicionen. El derecho del pueblo, digo del partido (vamos: el pueblo es el partido), a elegir a sus dirigentes. Libres de impureza ideológica y defendidos de nosotros mismos, nos mantendremos fieles a la revolución.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tendría que leerlo Fidel Castro

saiz dijo...

Sí, Anónimo, pero no sólo Castro y no sólo Cuba. En la práctica, casi todos los que han tomado un palacio lo han hecho para quedarse dentro. Fíjate en la Revolución Francesa, que derrocó a Luis XVI pero nos trajo a Napoleón Bonaparte (quien no fue Rey sino Emperador y mucho más dañino que el último rey francés. Además, el boato de Napoleón tenía poco que envidiar a la corte de Versalles). Fíjate en los que tomaron el palacio del Zar: después se quedaron ahí, instauraron una dictadura y cometieron horribles crímenes (las matanzas de Stalin superaron en crueldad a todo lo malo que pudo hacer Nicolás II). Es una pena que tanto esfuerzo de la gente para derrocar a los tiranos sólo sirva para volver al punto de partida.