10.4.07

Te vas a enterar

Llegué a la droguería. Lo cogí de un estante. Lo mostré a la dependienta. Pregunte cuánto cuesta. Y ella: -Dos con setenta y cinco. Y así fue como acabó la era de los rehenes, el tiempo de la amenaza: cuando me enteré por fin de lo que vale un peine.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial porque es el miedo lo que paraliza y hace que las dificultades y amenazas parezcan más grandes. Cuando uno se acerca y les planta cara, se comprueba que realmente no eran para tanto.

saiz dijo...

Totalmente de acuerdo, Helen. Disculpa que no te haya contestado antes. No había visto tu comentario y no sé cuánto tiempo llevará ahí. Supongo que habrá algún sistema para que, cuando alguien deje un comentario en alguna entrada, el administrador del blog sea avisado. Debe de haberlo, pero, como soy un negado para la informática, lo desconozco.

Gracias otra vez.