El viejo ex-cautivo del campo de Mauthausen fue al cine y vio El Hundimiento. Cuando Hitler ocupó la pantalla, desde su asiento le abroncó:
“Necio, más que necio, ¿para qué te ha servido todo el dolor causado? ¿Qué utilidad ha tenido destrozar tantas vidas? ¿Qué has salido ganando con tanto sufrimiento? ¡Has destruido a tanta gente, incluyendo a ti mismo!”.
Eso fue lo que el superviviente del campo de exterminio pensó viendo El Hundimiento, los últimos días de Hitler en el búnker. Y, mientras lo decía, le envolvió una mezcla de rabia y de tristeza.
Pero odio, lo que se dice odio, no sintió.
7.2.11
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