Mientras en el frente morían los soldados, ambos ministros se reunieron para explorar la paz. A fin de distender la reunión tomaron crema de ostras, roastbeef, sorbete de mango y café con pastas. Pero al final las negociaciones se estancaron, por lo que el champán quedó en la cubitera. Ambos ministros se levantaron y se despidieron cortésmente mientras en el frente seguían muriendo los soldados.
(Obviamente esto no es un cuento sino una crónica.)
17.1.09
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3 comentarios:
Se repite tan a menudo, que ya me parece costumbre, Sáiz.
Es bueno leerte, cuídate y que tengas un linfo fin de semana.
Es cierto, los que declaran la guerra, los ministros, los diplomáticos, etc no exponen su vida. No se arriesgan a que les peguen un tiro, les maten o mutilen. Y últimamente se las ingenian para que los que van a la guerra, a matar y a morir en ellas, sean soldados profesionales: casi siempre pobres o inmigrantes.
Yahaira, aurora. Tenéis toda la razón.
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