27.1.09

Patentes y marcas

Una luz que se enciende cuando vemos a alguien por última vez antes de su muerte o de la nuestra. Que indica que es la última oportunidad de decirle “déjame que te explique” o “perdona” o “te quiero”.

Una lámpara que se ilumina cuando sin saber dañamos a alguien. Que alerta de nuestro poder ignorado. (Es tan difícil no herir a quien nos ama...)

Un interruptor que permite cesar de odiar. No sólo sirve para desistir de la venganza, sino que la máquina abduce el rencor.

Un botón para dejar de envidiar. Sirve para no desear a otros nuestro infortunio ni nuestras carencias; para alegrarnos de que otros posean lo que nos falta, de que no sufran lo que sufrimos.

Un pulsador que se aprieta y olvidamos acciones, propias o ajenas. Al que se ordena “olvida este trozo de vida” o esa traición o ese error, y se disipan de la memoria.

Una palanca que al moverla nos cambia los gustos, para que nada sórdido ni abyecto nos atraiga.

Cibernética de última generación. Alarmas que se activan a tiempo, botones que automatizan el perdón y el olvido.

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