Los nazis han perdido la guerra. Saben que de un momento a otro los aliados van a entrar en el campo. Por eso han huido en desbandada: el comandante del campo de concentración, los oficiales, los que a golpe de ametralladora nos llevaban a la fábrica, los vigilantes…: todos se han marchado. No nos han dicho “estáis libres”, no nos han relevado del trabajo, el recuento, las vejaciones, los castigos…, pero es claro que ya no hay nadie que dé órdenes. Aquí solo quedamos nosotros.
En cuestión de horas llegarán las tropas aliadas. Nos sacarán del campo, nos trasladarán a un sitio amigable y seguro. Nos darán de comer, nos proporcionarán ropa sin rayas: camisa y pantalón de hombres libres, no este uniforme humillante.
Se supone que debería alegrarme. Sin embargo, después de cinco años recluido en este sitio, ¿cuál era el gesto de sonreír?; ¿qué hacía uno cuando se alegraba?; y sobre todo ¿cómo era esa sensación?, ¿cómo era eso de la alegría?
21.1.11
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5 comentarios:
Leí hace poco las barbaridades que hicieron las tropas aliadas, las que debieron salvar de horror y sentí verguenza del horror aliado que tuvieron que vivir.
conviene no olvidar aquello, todo está tomando una forma...
Pues sí, Aquí. Yo también he leído que, cuando entraron los aliados en Alemania y Polonia y "liberaron" los campos de concentración, los supervivientes de éstos -esos esqueletos infrahumanos vestidos con arapos de rayas- no fueron bien recibidos, e incluso tuvieron que soportar que se les acusara de haber colaborado con los nazis, porque sólo así (supuestamente) se explicaba que siguieran vivos. Tardó tiempo en asumirse que la realidad era otra: que los nazis habían mantenido con vida sólo a aquellos reclusos que, por no haber enfermado y mantenerse pese a todo "productivos", eran explotables como mano de obra esclava. Así que, ya digo, los víctimas de los campos de concentración y exterminio (judíos, gitanos, comunistas...) no fueron recibidos precisamente con los brazos abiertos por las tropas aliadas.
Pobre gente.
Pues sí, Anónimo: les tocó sufrir demasiado, probablemente más de lo humanamente soportable.
Recuerdo haber leído que, en la puerta de algunos campos de concentración, los nazis colocaron un cartel que decía (en alemán) "El trabajo nos hace libres". Puro sarcasmo. Y en las supuestas duchas (en realidad cámaras de gas de cuyos grifos salía el ciclón-B) había otro cartel que decía "A la salud por medio de la higiene".
O sea, que no les bastaba con exterminar a esa gente, sino que además tenían que reírse de ellos.
Esto me recuerda lo ocurrido en el País Vasco con la agrupación terrorista Eta. Después de secuestrar al funcionario de prisiones Ortega Lara (al que retuvieron en un cuchitril de apenas 6 metros cuadrados durante casi dos años), al ser éste liberado por la Policía el periódico filoterrorista "Egin" publicó: "Ortega Lara vuelve a la cárcel".
Se necesita mucha maldad, mucha perversión para actuar así.
:´(
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