Levántate.
Vístete.
Desayuna.
Despídete de tu mujer.
Cierra la puerta despacio, no sea que despiertes a los niños.
Sal a la calle. Camina.
Saluda a tus compañeros. Espera con ellos el autobús.
Apéate al llegar al campo de prisioneros.
Firma el control de entrada.
Incorpórate a tu puesto.
Separa a los reclusos. A un lado, los válidos para el trabajo. A otro, los inútiles, los viejos, los enfermos. Finalmente las mujeres y los niños.
Destínalos: talleres para unos; gas para otros.
No mires a los ojos. Has de creer que son objetos. Sólo di números y “al taller” o “revisión higiénica”.
No oigas sus gritos. Canturrea, tararea algo mientras sollozan. No mires que se abrazan. No compartas su espanto. Esto no va contigo. Piensa “es mi trabajo, yo sólo cumplo órdenes”.
Comprueba que el dispositivo ha funcionado. Abre la puerta. Manda llevar los cadáveres al horno.
Mira el reloj. Pausa para la comida.
Charla con los colegas. Comenta cotilleos, rumores de la guerra.
Vuelve al trabajo. Ordena que recojan a los de los talleres. Haz recuento.
No admitas preguntas. Silencia, amenaza, castiga a quienes quieran saber.
Ve al pabellón de guardias. Date una ducha, quítate ese olor.
Firma el parte de salida. Espera el autobús.
Baja. Camina hasta tu casa. Besa a tu mujer. Besa a tus hijos. Acaricia al perro. Sácalo a orinar.
Piensa en frivolidades: en el partido del domingo, en el lavabo que gotea… Prohíbete pensar en ojos o en gemidos.
Vuelve a casa. Ayuda a los niños con los deberes. Busca una emisora con música. Cena con la familia.
Di “buenas noches, niños”. Ponte el pijama. “Buenas noches, mi amor”. Dale la mano, quizá algo más. Y ahora la pastilla para dormir. No pienses en nada. Sobre todo no pienses. Duérmete. Descansa. Mañana te espera otro día de trabajo.
26.10.10
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7 comentarios:
Ayer vi el niño del pijama de rayas por cuarta vez, pero lo que he sentido al leer este texto... espeluznante!
Un escrito más que genial.
Realmente, saber que existió esta realidad me pone la piel de gallina...
besos!
Yo también vi esa película, y me impactó mucho, como todo lo que se refiere a aquellos horribles hechos. Yo tenía unos 14 años cuando programaron en TV la serie "Holocausto" y, al verla, la sensación que experimenté es que eso no pudo haber sido real. Pero lo fue, ocurrió: así que está claro que el abismo humano no parece tener fondo. Por lo demás, debió de haber muchas personas que colaboraron, de forma más o menos activa, con aquella estructura de campos de concentración y exterminio, cámaras de gas, etc. Y no todas debieron ser jerifaltes del partido nazi. Es decir, supongo que hubo también muchas personas "de a pie", gente que se limitó a cumplir órdenes, intentando seguramente no pensar en lo que hacían. ¿Cómo habríamos actuado nosotros si hubiéramos vivido en Alemania durante los años 1939 y siguientes, ante esa situación?
Por eso mismo no me gusta juzgar a las personas. Pero quiero creer que habría sido incapaz de colaborar en algo así... Nunca lo sabremos.
Al menos, Anna, esperemos no tener que saberlo nunca.
Lo pondré en facebook, a ver a quien le mueve el tapete en este momento de la historia de mi estado. Gracias Saiz.
Acabo de leer y me he quedado de piedra. Nunca pensé que algo así sucediera.
http://www.elpais.com/articulo/portada/mal/bien/elpepusoceps/20101031elpepspor_15/Tes
Perdonad. No sé enlazarlo de otra forma
Un abrazo
Lo siento, Aquí. He copiado la dirección en la barra del navegador y no me sale el artículo. Sin duda debe ser muy interesante. A ver si sabes otra forma de acceder a él. Un abrazo.
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