Es llevado a la silla eléctrica. Hay presentes autoridades, familiares de la víctima y los padres del condenado. Se miran, están a punto de saludarse (pero no lo hacen).
Dos técnicos ajustan las sujeciones al reo.
Las correas chirrían en su idioma: "Nadie gana esta noche. Nadie va a salir de aquí victorioso".
20.7.10
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