La Tierra podía haberse parado y decir:
-O desmontáis ahora mismo las cámaras de gas, o no echo a girar otra vez.
El Sol podía haberse apagado y decir:
-O demoléis los campos de concentración, o no vuelvo a brillar.
Pero no: no podían. No tenían otra opción que inhibirse. No tenían más salida que seguir así, girando y brillando como si tal cosa. Dando soporte a la vida pero sin tomar partido por nada.
(La Tierra. El Sol. Tan necesarios y tan insensibles. Tan grandes y tan neutros...)
Yo al menos quiero pensar que, si no se plantaron –si no se detuvieron, si no se oscurecieron-, fue porque no podían.
26.1.10
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2 comentarios:
Y puestos a pensar, ¿ que tal si quisieron detenerse, pero su jefe no los dejó? Recordemos cuantos humanos tuvieron malas acciones, "obedeciendo órdenes", cuántos no hicieron nada, para no contradecir al de arriba, por ejemplo, la iglesia católica, ¿no?
Tan poco conocemos de la organización oculta del universo, puede ser que les hayan dicho "ustedes quietos, vamos a ver en que termina el experimento", uuu.
Hola Saiz.
Sí, Blanca, eso fue lo que, salvando las distancias, hizo Pilatos: lavarse las manos. Inhibirse. Algo así como "esto no va conmigo, de modo que haced lo que queráis".
Pero nadie tiene buen concepto de Pilatos, porque, ante situaciones que no son indiferentes, uno no debería mostrar indiferencia ni neutralidad.
Y si -como sugieres- todo el acontecer humano fuese un "experimento", entonces estaría bien saber para qué (y también para quién) somos las cobayas, los "conejillos de Indias", las ratas de experimentación.
(Gracias, como siempre, por tu visita y comentario.)
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