7.1.10

Contendientes

Por raro que parezca, el soldado americano que vigilaba los prisioneros y el soldado japonés se hicieron amigos. (Habían convivido en un campo de prisioneros situado en una isla del Pacífico.) Así que, al acabar la guerra, ambos “contendientes forzosos” -vigilante y vigilado- continuaron su amistad.

El soldado japonés invitó al americano a visitar su ciudad. Le enseñó la escuela en que trabajaba como profesor de inglés antes de ser enviado a la guerra. Le mostró las aulas y los patios donde, en medio del natural griterío, correteaban los niños a la hora del recreo. Le llevó al parque en que jugó de pequeño. Le presentó a su familia.

Después, el soldado americano invitó al japonés a visitar su pueblo. Le enseñó el rancho que cultivaba, las espigas de maíz, el tractor… Le presentó a sus colegas del grupo de jazz y le invitó a comer en casa, con su mujer y su hija.

El ex-vigilante y el ex-prisionero continuaron viéndose y carteándose durante varias décadas. Algunos de sus encuentros (en Japón o en Estados Unidos) terminaban de madrugada, después de una larga cena bien regada. Entonces ambos soldados dedicaban certeros adjetivos a quienes, años atrás, les habían obligado a masacrarse en una horrible guerra. Cualquiera que escuchase su conversación podía oír expresiones como “cabrones”, “hijos de perra” y otros epítetos muy adecuados y biensonantes.

2 comentarios:

Blanca dijo...

Hola Saiz, el primer relato de este 2010, ; sabes, me recordó un libro, que no se si conozcas, pero es muy bonito, exactamente sobre el tema de la invasíon de una isla japonesa, por los norteamericanos. Se llama "La casa de té de la Luna de Agosto"; ándale, que he olvidado el autor, si lo ocupas te lo busco. Compartieron tantas cosas un americano y el pueblito japonés, que lo adoptaron, prácticamente: Además, enseña montones de costumbres de la isla y la cultura japonesa, entre ellas de las geishas, el comercio, la ceremonia del té, mucho, mucho.
si no lo has leído, se que lo buscarás,jajaja.
Felicidad en cada u no de tus dias, Saiz.

saiz dijo...

Gracias, Blanca. Intentaré leer el libro que me recomiendas. Felicidades también para ti.