El robot Ángelus detuvo el bombardeo. Interceptó todos los reactores en el aire y los depositó limpiamente en un llano. A continuación desactivó sus misiles. Los tripulantes no daban crédito. ¿Qué era esa inmensa máquina que atrapaba aviones en pleno vuelo? ¿De qué nuevo ingenio militar disponía el enemigo? Pero el ejército adversario también sufrió la intervención de Ángelus. Sus vehículos de combate quedaron atrapados cuando el robot Ángelus se plantó en medio de ellos. La misma incredulidad les invadió. Al principio abrieron fuego contra Ángelus, pero el material de que el robot estaba hecho resistía indeformable todos los ataques. Además, Ángelus aparecía y desaparecía en el momento justo, por lo que técnicamente era imbatible. Luego, el robot impuso las condiciones de la paz. Nadie se atrevió a llevarle la contraria.
Aunque
los gobiernos de los bloques enfrentados abrieron sendas investigaciones para
tratar de doblegar a Ángelus, la opinión pública de sus países se les echó
encima. ¿Por qué había que continuar la guerra, si el robot Ángelus había dispuesto una paz aceptable, o en todo caso menos mala que las bombas?
Desde ese
día Ángelus se puso manos a la obra. Las grandes injusticias, los desmanes y expolios
estaban en su agenda. El robot Ángelus daba órdenes y, si no se cumplían, él
mismo las ponía en práctica. Aquella inmensa máquina hacía y deshacía. Movía
diques, trasladaba edificios, suprimía fronteras, repartía tierras... En poco
tiempo desaparecieron las hambrunas, el analfabetismo, las epidemias, la
explotación.
Al
principio Ángelus fue muy cuestionado, pero ya no se oye murmurar a nadie. A la
postre todos vivimos mejor, y sin miedo a invasiones o guerras destructivas.
(¿Qué habría sido de nosotros sin Ángelus?, ¿nos habríamos ya autoaniquilado?)
De ahí también los nombres con que es conocido: algunos lo llamamos Ángelus;
otros lo llaman Gran Amigo, o Protector, o Vigía Máximo.
Lo que
prevalece es un sentimiento de alivio, de "por fin", de "ya era
hora". Si el robot Ángelus hubiera estado aquí desde el principio, si
siempre hubiera ejercido y actuado…, todo habría ido mejor. No habría habido
Hiroshimas, ni campos de concentración, ni genocidios. ¡A tantos desalmados
habría parado los pies! (¿Os imagináis a Ángelus cayendo sobre Auschwitz y demoliendo
él mismo, con sus enormes brazos, los barracones; desmontando las cámaras de
gas? ¿Os lo imagináis parando las masacres de Camboya o Ruanda? ¿Os lo
imagináis, antes de todo eso, cortando de un plumazo los abusos coloniales, la
esclavitud...?)
Lo que nadie
sabe es quién trajo al robot Ángelus: quién creó ese inmenso autómata; quién lo
ideó y construyó; quién concibió su material único (indestructible,
teletransportable, ubicuo, omnipotente); quién lo programó éticamente para
reprimir el mal e imponer la justicia.
Mucha
gente piensa que fue algún científico (alguien que lo inventó y no quiere que
se sepa su autoría), otros creen que fue una sociedad secreta de ideario
benéfico, y no falta -en fin- quien opina que lo envió el propio Dios, harto ya
de ser criticado por su pasotismo e inhibición.
7 comentarios:
Pero Ángelus no vendrá... Al modo "Pero los bárbaros no vendrán...".
Y Aquí estamos... Contenados a la guerra perpetua...
http://oyendollover.blogspot.com.es/2013_08_01_archive.html
pd. El relato me encanta... Tenía muchas ganas de volver a leerte.
Saludos.
Hola, Rocío. Me alegra que te guste y que pases por aquí. No escribo tanto como quisiera. Además de inspiración hay que tener tiempo, y a menudo me faltan alguno de los dos... o los dos a la vez. Un abrazo.
En Palestina y Gaza hace falta urgentemente ese Mazinger Z divino que pare los pies a quién haga falta YA.
¿Escrito del sub no tan sub conciente, por las situaciones actuales? Hola amigo Saiz, me gustó, como mucho de lo que haces,s me alegra que estés por acá, yo de vez en cuando escribiendo en La Mascara- la libertad. Un abrazo,me da tanto gusto estar aquí.
No estaba entre tus seguidores, por que por que por qué? listo, ahora ya.
Me gustó el relató, peró creo que si los humanos tuvieramos una pizca de sentido común y mucho amor, no tendriamos que soñar en que Àngelus viniera a salvar-nos de nosotros mismos.
Llevó demasiado tiempo sin leer tus escritos y no por falta de ganas.Espero que no vuelva a suceder.
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