-Pero no es igual. La última vez tenías 36 años y ahora has cumplido 54. No es probable que tus facultades sean las mismas: equilibrio, aptitud cardíaca y pulmonar, resistencia antigravitatoria…
-Bueno, he seguido un programa de reentrenamiento. Podría pasar un test psicofísico.
-Aparte de eso, en este momento disponemos de suficientes candidatos.
-Pero no con mi experiencia.
-No, claro: hay pocos astronautas que hayan estado en la Luna. Pero tampoco hay previsión de viajes lunares a corto plazo. Son un dispendio. Ahora los proyectos tripulados tienen un enfoque más práctico: laboratorios, misiones orbitales…
-Quien pudo lo más, puede lo menos.
-Está bien: haré que se estudie tu solicitud. Pero dime, en confianza, ¿por qué quieres volver al espacio?
-Te lo diré si me guardas el secreto.
-Somos amigos, ¿no?
-¿Sabes? La última vez que vi la Tierra desde allí arriba pensé: “En aquel planeta hay tres personas a quienes detesto: tres humanos a los que guardo rencor”. Pero ahora me he reconciliado con ellos. Los he perdonado y ellos a mí. Así que quiero volver a lo alto y poder decir: “En aquella bola azul no hay nadie hacia quien sienta odio”.
22.12.10
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4 comentarios:
Bien por el astronauta que logro perdonar a quienes odiaba, ojalá que en el 2011 muchos lograramos lo mismo, si no lo conseguimos en el pasado.
FELIZ AÑO NUEVO, con los mejores deseos.
Hola, M. Carme, y perdón por el posible retraso en contestarte, pero estuve desconectado durante un par de semanas. Feliz 2011 para ti. Ojalá que esta nueva vuelta (este nuevo garbeo de la Tierra alrededor de su eje el señor Sol) nos sea propicia a todos. Un abrazo.
Bonito dispendio, como si no pudiera decir lo mismo pie a tierra.
(perdóooon)
Pues bien pensado, Blanca, llevas mucha razón.
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