21.9.10

Parecer feliz

Puede que resulten algo gastados, pero son cómodos y están adaptados a mis pies. Sin embargo, ¿qué dirán los demás si me ven con ellos? Tengo que parecer feliz, así que cambio de zapatos.

Lo mismo me pasa con la ropa, con el coche, con…

Mi casa. Ha de estar impecable, sin faltarle un detalle, aunque ello absorba mi esfuerzo y mi tiempo. El tiempo que echo de menos para lo que en verdad me gusta.

Esas vacaciones, esos días libres en que no me apetece viajar. Y menos aún un viaje largo… Sé que cuando vuelva estaré más cansado y querría quedarme en casa, hacer las pequeñas tareas pendientes: escribir a ese amigo, ordenar mis cajones, pasear, pensar… Pero me voy de viaje porque todos se van y porque ¿cómo después no contar mi experiencia?, ¿cómo aceptar ser el único que no viajó?

Y así es como, poco a poco, parecer feliz me impide ser feliz.

3 comentarios:

Blanca dijo...

Valiente cosa, yo no caigo en eso de parecer, por lo tanto, siempre ando por ahí desentonando; que pena sentía mamá de eso por mi y yo por su pena.
Ya no pasa mas.

saiz dijo...

Blanca, me gusta más tu comentario que mi entrada. Me ha hecho pensar en lo difícil que es no hacer sufrir a quien nos ama. Y a su vez el sufrimiento de ellos (el hecho de que sufran por nosotros) nos hace a nosotros sufrir. Vaya lío..., pero todos lo entendemos.

Blanca dijo...

Desgraciadamente, lo entendemos.