-Comprendo que huyera. Cuando el ministro invita a los escolares a hacerle preguntas, espera cosas fáciles de contestar. A esa niña deberíamos haberle prohibido intervenir.
-Pero hasta ahora sólo había hecho preguntas raras en religión. No esperaba que en una charla con el ministro de Agricultura hiciera lo mismo.
-Una niña que pregunta si Moisés, Abraham o Jesús hacían... sus necesidades puede preguntar cualquier cosa. A mí una vez me preguntó qué quiere decir “concupiscencia”.
-Pero es que esa palabra viene en el catecismo.
-Sí, pero cuando tú y yo teníamos su edad no se nos ocurría preguntarlo. Nos quedábamos con la duda.
-Pues peor fue el día que preguntó si Dios podría hacer un nudo tan enrevesado que ni Él mismo pudiera desatarlo.
-Parece una paradoja.
-Pues eso le planteó al párroco. De todas formas, yo creo que el ministro no debió darse a la fuga. Al fin y al cabo no era una pregunta tan complicada: ¿a partir de cuántos árboles decimos que es un bosque?
9.7.09
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2 comentarios:
Hola, Sr. Saiz, buenísimo, si se me permite opinar. Gracias de parte del público, por lo publicado.
:)
Gracias a ti, Blanca, por tu visita y lectura.
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