Quien no aceptaba el servicio militar debía cumplir la PSS. Prestación social sustitutoria. Él escoge hacerla en la playa, como socorrista. Tiene que vigilar desde su torreta, evitar riesgos y percances. Casi a diario hay una falsa alarma: alguien que parece precisar ayuda y que, tras lanzársele el salvavidas, resulta que estaba bromeando. Y también debe colgar la bandera: verde si hay mar tranquilo, amarilla si revuelto, y roja si se prohíbe el baño.
A veces amanece con viento y hay que izar bandera roja: todo el mundo en la arena sin osar zambullirse. Luego, al despejarse el día, amaina el viento y las olas menguan. Bandera verde. De inmediato el mar se llena de barrigas, bikinis, flotadores de goma, colchones inflables…
Entonces el socorrista admira el poder del trapo verde y, contemplándolo con respeto, piensa: “Para que luego digan que los objetores no honramos la bandera”.
21.5.09
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3 comentarios:
Hay un poder en los colores también y en las cosas que nos representan.
Besos amigo
Cuidate
Gracias, Saphira. En mi opinión, el problema no son las banderas, sino lo que representan. Las banderas de los Estados significan fronteras, divisones, fragmentos. Simbolizan la "nosotridad" frente a la "vosotridad". Reflejan el enfrentamiento entre territorios delimitados por barreras. Y no hay que olvidar que esas rayas de los mapas se dibujaron con sangre.
Después de enviar el mensaje lo leo y constato que tecleé "divisones" en vez de "divisiones". Corrijo la errata.
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