Un convenio regulador tiene que aquilatar todos los detalles, no debe dejar nada a la improvisación. Por eso había que determinar la custodia de Aida. Entre personas maduras este asunto tenía un modo claro de resolverse. Descartada la custodia compartida (pues tras el divorcio iban a residir en ciudades distintas), la solución natural consistía en situar a Aida en el jardín, ponerse cada uno en un lugar equidistante y dejarla decidir con quién se iría. No valían trucos para atraerla: ni llamarla, ni mostrarle un obsequio... Que sus sentimientos actuaran con libertad.
Llegado el momento, Aida miró a izquierda y derecha. Sin moverse un centímetro decidió dormir una siesta. Ambos esperaron sin cruzar palabra durante hora y media, lamentando no haber cogido nada para leer.
Aida se incorporó. Bostezó, estiró regiamente sus músculos y empezó a caminar. Sin tomar impulso salvó los dos metros que había entre el suelo y la ventana de don Damián, el viejecito que nunca sale de casa. No era la primera vez que Aida saltaba hasta allí. Desde el alféizar volvió a mirar tristemente a ambos lados, hasta que el anciano la cogió y la abrazó contra sí. El ronroneo era suave pero audible.
16.4.09
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5 comentarios:
Muy bello, aqui en Argentina ha habido juicios por la custodia y tenencia de animales. Yo jamas cederia a mi Manolo, es casi una parte de mi alma.
Besos
También en España, aunque (que yo sepa) sólo en relación con perros. Se han establecido judicialmente sistemas de custodia y visitas entre los ex-cónyuges y el perro que compartían, casi como con los hijos-as. Se me ocurrió que también puede pasar, tal vez haya pasado, con el gato de la familia. Aunque su psicología es distinta de la de los perros, por aquello de la dignidad e independencia (no exenta de amor) de los felinos. Ya se sabe que "los gatos tienen propietario, pero no tienen dueño".
Besos también para ti.
Es verdad tienen otra percepcion de las cosas es como si estuvieran mitad en este mundo y mitad en otro, tal vean cosas que nosotros no.
Besos
Es verdad tienen otra percepcion de las cosas es como si estuvieran mitad en este mundo y mitad en otro, tal vean cosas que nosotros no.
Besos
Seguro que las ven, o las oyen, o las huelen... Las detectan y perciben, en todo caso.
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