Sobre el suelo de la habitación donde tejía ficciones, una tubería goteaba (glop, glop) y de este modo:
a) recordaba que había que arreglarla o avisar a quien supiera hacerlo;
b) incorporaba la realidad persistente;
c) interfería con la ensoñación; y
d) confirmaba que las palabras, abstraídas o tangibles, nacen de las cosas y se componen de materia.
Era un gotear molesto, pero no inútil.
22.2.06
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3 comentarios:
Qué acierto...
Qué acierto
Pueden también leerse poesías del autor en
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