3.4.14

Nudos


La historia se ha cerrado.

Puede decirse que se ha cerrado bien.

La pareja sube a un avión. Él y ella se quieren, se han querido siempre.

El avión despega y el otro hombre se queda donde estaba, en el cabaret que regenta.

Ha dejado que la pareja se marche -lo ha propiciado, les dio salvoconductos- pese a estar enamorado de la chica.

Ella le ha explicado por qué lo abandonó después de amarle: Creía que su esposo había muerto, pero supo después que no fue así.

El otro hombre comprende y elige renunciar, por amor, a su amada.

La historia se ha cerrado. Y lo ha hecho bien.

Vienen The (happy) End, los títulos de crédito… Y no obstante la historia continúa.

Ya nadie mira, el cine está vacío.

Pero es una ilusión. Porque tras la pantalla amanece otro día.

Y después de ése, otro.

Otro día para Ilsa,

para Laszlo,

para Rick...

Otro día en que los lazos se aflojan. Otro día en que los cabos se sueltan.

Qué contratiempo, el hilo descerrándose. Nadie ha vivido en una foto fija.

¿Qué va a pasar ahora?

¡Con lo logrado que estaba el desenlace!... y sin embargo sigue. Detrás de la pantalla la historia no termina.

Sin guión ni director sus vidas fluyen. También para ellos el nudo se reabre.